Largas filas y fuertes aglomeraciones se formaron en la Calle Allende donde cientos de personas se concentraron para recibir a sus familiares que estaban internados en el Centro Escudo de Salvación, ayer clausurado.
La muerte de un interno derivó en las investigaciones oficiales y la decisión oficial de clausurar el lugar.
Autoridades ministeriales sugirieron llamar a los familiares de los internos para que recogieran a los asilados en este centro para tratamiento de adicciones en la Colonia Occidental de Frontera.
Con una población de 150 internos, el Centro de Rehabilitación contra las Adicciones Escudo de Salvación, fue creado para ser apoyo a familiares y a los afectados por drogadicción.
Desde las 9 de la noche el número de familiares había llegado al máximo y los directivos del anexo decidieron entregar uno a uno a los internos para que fueran llevados a sus domicilios.
Los momentos de angustia se convirtieron en felicidad desde el momento en que se volvieron a ver y abrazar.
La entrega de los internos a sus familiares se llevó a cabo sin el mínimo incidente, solamente lo derivado de las horas que implicaba esta labor.