Alexis Massieu
A más de 24 horas de que un grupo de internos de la casa de desintoxicación Escudo de Salvación fueron asegurados por elementos de la Agencia de Investigación Criminal, luego del deceso de un hombre al interior, los responsables del establecimiento no le han dado la cara a los familiares de los internos ni los han apoyado de modo alguno.
El día de ayer presuntamente el abogado de Erick Alfaro, propietario de la casa que ofrecía terapia de rehabilitación, acudió a las oficinas del Ministerio Público pero sólo para atender el caso de uno de los detenidos, quien fungía como encargado del lugar.
Su hijo estaba de guardia, aparentemente traía consigo un gafete que decía “auxiliar”, señaló Rosa Carmen, quien acudió ayer a las instalaciones de la Fiscalía General del Estado en busca de información.
“Mi hijo nada tuvo que ver, se llama Mario y tiene 31 años, tenía 4 meses en el anexo, y está bien de salud, cuando vine a buscarlo me habían dicho que venía muy golpeado pero él dice que no”.
Del anexo dijo no saben nada, ni del personal o del dueño, cuando lo justo es que les ayudaran a resolver el caso, apoyándolos al menos con un abogado.
“Estábamos pagando para que los cuidaran, no para que él cuidara a otros internos”.
Otro caso es del Axel Iván de 27 años de edad, quien tenía 7 meses en el centro de desintoxicación, y fue detenido por los elementos de la Agencia de Investigación Criminal, presuntamente porque los agredió, pero él nunca se resistió, aseguró su madre de nombre Claudia.
“Ya tenía varios días que estaban teniendo problemas en el anexo, se dieron cuenta que habían golpeado a un interno y no lo volvieron a ver hasta que llegó la policía”.
“Fueron varias personas las que se quisieron escapar y se encerraron en una oficina, dieron aviso de lo que estaba pasando y llegaron otras personas que golpearon al señor que andaba organizando todo para salirse, y no vieron más porque estaban resguardándose, ya que eran muchas las personas que querían irse”.
Del anexo dijo la entrevistada, no han visto a nadie, ha tratado de comunicarse con los representantes o el dueño, pero no le contestaron, quienes deberían tener a una persona para que les informaran y apoyaran a los familiares.
Un tercer caso es el de Rodolfo Eliud, quien tenía 5 meses internado, y pasó del anexo a la cárcel, “se suponía que iban a ayudarlos”, dijo su madre, explicando que les preocupa que les finquen una responsabilidad cuando los internos estaban para que los cuidaran y no para que los pusieran a cuidar a los demás, “pagábamos cada semana una cantidad considerable”.
A los familiares les parece injusto que se hayan llevado detenidos a los internos, y que tuvieran que contratar un abogado para poder verlos, cuando la culpa de lo que pasó la tienen los del centro de intoxicación.