La vida y obra de Elvis Presley se ha explorado una y otra vez en filmes, series y documentales, pero poco se ha hablado sobre la relación que tuvo con su manager, Tom Parker, figura crucial detrás de su éxito, un hombre que fue capaz de llevar al «Rey» al límite, lo que lo convirtió, para muchos, en el antagonista de la historia.
Por ello que el director Baz Luhrmann (Moulin Rouge, El Gran Gatsby) no pudo resistirse a la idea de contar el ascenso y descenso del ícono musical bajo la perspectiva de quien fungió como su creador, y para algunos su destructor, en Elvis, filme que llega este jueves a salas nacionales.
«Presentar al hombre que muchos ven como el villano, y él arrancar esta historia argumentando que no lo es, le daba un giro dramático tremendo a la trama, que te permite ir a lugares que de otra forma no podrías explorar y revelar cosas que no habíamos visto antes.
«Pero sobre todo (la idea era) explorar este Elvis que viene de unos inicios tan humildes, del encarcelamiento de su papá, de la pérdida de su mamá, y cómo trágicamente cayó. ¿Por qué sucedió eso? Y todo el mundo cree que fue el diabólico mánager que lo explotó por dinero, pero él argumenta que lo único que hizo fue hacer su trabajo», contó Luhrmann en conferencia de prensa.
El cineasta australiano se armó de un elenco a la altura, liderado por Austin Butler (Presley) y Tom Hanks (Parker), quienes se adueñan de la trama por las estremecedoras interpretaciones que ofrecen en sus respectivos roles.
Butler admitió que se metió de lleno a la vida del cantante de «Always On My Mind» durante meses, no sólo para lograr sus diabólicos movimientos de cadera sino sus ademanes y hasta los diferentes matices de su voz.
Mientras que Hanks, a quien resulta sumamente complicado de odiar dados sus entrañables y carismáticos roles en el cine, logra un personaje crudo cuyas ambiciones lo tornan despreciable.
«Fueron dos años en los que realmente no hice nada más que obsesionarme con Elvis, y al final seguí mis propios instintos para hacerlo, pero además tuve a las mejores personas a mi alrededor para lograrlo, nuestros increíbles coaches para trabajar los movimientos, mi coach de diálogos, el de canto, todos hicimos todo este trabajo.
«Y por mi parte intenté ser lo más meticuloso posible, y al final del día lo resumí a encontrar su lado humano, cómo era Elvis en su vida privada y era un hombre realmente espiritual y sensible, entonces quise enfocarme en eso y para mí fue un regalo», compartió Butler durante el encuentro con medios.
A lo largo de dos horas y media la producción lleva a la audiencia a través de los momentos más importantes de la figura: la primera vez que pisó una iglesia cristiana, lo que influyó profundamente en su sentir y sonido, su amor por el blues y sus primeras apariciones en la TV.
Pero también explora en su relación familiar y su vida junto a su esposa Priscila y su hija Lisa Marie, hasta llegar al gran amor de su vida: la música y sus fans, por quienes se desvivió hasta su muerte, hace ya 45 años.
Sin embargo, no fue sencillo este viaje para el actor de 34 años, pues admitió que hubo un momento en el que ponerse la capa del ícono parecía un reto imposible de lograr.
«Era tanta responsabilidad y tenía tanto miedo de sentir que podía fallarle a él, a su legado, a su familia y a sus fans alrededor del mundo que lo aman tanto, que fue demasiado, fue una enorme cantidad de presión la que sentí durante todo el proceso.
«Pero luego se convirtió en una gran lección, porque él era alguien que también tenía miedo, que tuvo momentos donde su vida y su carrera parecían estar al límite y pude agarrarme de eso y pensar: ‘Elvis sentía miedo también y aún así hizo cosas extraordinarias, ¿por qué tú no?’ Eso realmente me cambió», compartió el protagonista.