Últimamente Eréndira Ibarra, mexicana que ha participado en megaproducciones como Matrix Resurrecciones y Sense8, batalla con la creencia de que debe aceptar de inmediato proyectos grandes y sentirse agradecida, aunque no pueda revisar cómo será el tratamiento de la historia.
Sin revelar el título, cuenta que recientemente participó en un rodaje que todos los días la hacía sentir violentada.
“No fue sólo por lo que estaba sucediendo detrás de cámaras, sino también lo que estaba escrito en el guion y saber que si hubiera leído esos guiones, jamás hubiera aceptado. He tenido que tomar medidas radicales para protegerme y la más radical es hacer mis propios proyectos”, compartió la actriz en entrevista.
“Ha sido una experiencia muy hermosa levantar el teléfono para hablar con mujeres que admiramos profundamente, que hemos estado leyendo sin parar y que nos contesten y nos digan: ‘Por fin me siento escuchada, quiero estar con ustedes'”.
Eréndira Ibarra, actriz y cofundadora de Anónima Media.
El sello con el que saldrán sus nuevas creaciones será Anónima Media, casa productora que Ibarra fundó junto a la guionista Natasha Ybarra-Klor (Las Aparicio, Infames, Ingobernable) y la productora y activista Bárbara Arredondo Ayala.
Su misión, contaron, es desarrollar historias creadas y protagonizadas por mujeres, de manera que potencien el trabajo de directoras, guionistas y productoras.
Esto permitirá que el público conozca más visiones, pues, de acuerdo con el Anuario Estadístico del Instituto Mexicano de Cinematografía, sólo 66 de los 259 largometrajes nacionales de 2021 fueron dirigidos por mujeres.
“Bajo el velo patriarcal, los personajes femeninos son víctimas de su historia más que protagónicos. Siempre les suceden cosas, nunca tienen control sobre sus propias vidas y todo lo que importa en la historia es si tienen pareja o no tienen pareja.
“No es en realidad como un protagonista hombre, al que se le dan las herramientas y las llaves del mundo para que haga y deshaga. Por eso estamos aquí, eso es justo lo que buscamos: poner la energía y el foco en las miradas correctas para hacer cosas con dignidad”, resaltó Ibarra.
Aunque apenas se anunció su fundación, la casa productora ya trabaja en siete proyectos. Entre ellos se encuentran una adaptación de la novela “Brujas” de Brenda Lozano, una comedia con Itatí Cantoral, una historia de migración y un filme sobre la rapera zapoteca Mare Advertencia Lirika.
Las fundadoras de Anónima Media también se han acercado a escritoras de Latinoamérica y España para ofrecerles adaptar sus trabajos al cine.
“Hay un boom ahorita de creadoras de contenido, desde literatura hasta música de mujeres. También hay una sed de contenido por parte de los estudios y las plataformas. Qué mejor que llenar esas vacantes con talentos que estaban ahí, pero nadie volteaba a ver todavía”, resaltó Ybarra-Klor.
Tres de las historias que desarrollan actualmente se sitúan en Oaxaca, pues las fundadoras quieren descentralizar las producciones y no sólo retratar las colonias Roma y Condesa de la Ciudad de México.
Al respaldar a mujeres de la industria, Anónima representa un cambio en las producciones típicas, donde la mayoría de los filmes y series se cuentan desde la visión de hombres.
Las prácticas machistas también persisten. Hace 10 años, Ybarra-Klor veía cómo entre tomas, los camarógrafos, rodeados de otros hombres, enfocaban los traseros y los pechos de las actrices mientras hacían comentarios lascivos.
“La razón principal por la cual esos comportamientos no se repiten es porque ahora entras a una unidad móvil y hay una mujer. Nuestra presencia es importante además para salvaguardar a nuestras compañeras de estos abusos y maltratos”, señaló la guionista.
Para desarrollar sus proyectos, Anónima realizará alianzas con Argos, una compañía de Epigmenio Ibarra, el padre de Eréndira. Esto permitirá contar con mejores recursos y renovar las visiones de la productora, que está por cumplir 30 años.
“Ha sido esperanzador pensar qué puede pasar en un futuro muy cercano, que podremos cambiar la narrativa para niñas y mujeres, que verán en la pantalla nuevos roles y se verán reflejadas.
“Cambiamos la representación para tener historias que pasan en el día a día. Ya no estamos hablando de cuentos y realidades que no resuenan y eso nos da mucho gusto. Las creadoras nos reciben con los brazos abiertos y confían en lo que queremos hacer”, dijo Arredondo Ayala.