Las teorías de la conspiración son recurrentes en la cultura popular desde hace mucho tiempo. Existen varias razones de su existencia.
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¿Por qué la gente cree en las teorías de la conspiración, incluso cuando hay una montaña de pruebas que demuestran que son incorrectas? La historia está repleta de ellas: desde negar el alunizaje del Apolo 11 hasta poner en tela de juicio la existencia de los dinosaurios, existen personas que creen que vivimos en un eterno engaño.
En un pasado muy remoto, la ciencia era incapaz de dar respuesta a muchas de nuestras dudas más frecuentes. Sin embargo, cada día somos capaces de comprender mucho más lo que nos rodea. Aun así, parece que hay una tendencia a ver el mundo como un misterio que no tiene respuesta más que en las teorías de la conspiración.
Las teorías de la conspiración son elemento recurrente de la cultura popular desde hace mucho tiempo; por ello es que teóricos de la cultura, sociólogos y psicólogos han tenido mucho que analizar sobre la gente que cree en ellas.
¿Qué es una teoría de la conspiración y por qué creemos en ellas?
Este concepto hace referencia a la creencia en explicaciones de determinados hechos que son alternativas a la versión oficial. Por ejemplo, la existencia de grupos o planes secretos que difunden deliberadamente una versión falseada de la realidad para obtener así algún beneficio, reporta The Conversation.
“Una teoría de la conspiración es la creencia de que dos o más actores se han coordinado en secreto para lograr un resultado, y que [exponer] esta conspiración es de interés público”, dijo Karen Douglas, profesora de psicología social en la Universidad de Kent en el Reino Unido, en un correo electrónico a Live Science.
Una teoría de la conspiración parte de una creencia fundamental: un pequeño grupo de personas controlan todo en el mundo desde las sombras que da el poder. Existen personas que se empeñan en creer que alguien o algo les miente y que están siendo deliberadamente engañados por un poder que oculta la verdad.
Esta postura sobresale cuando alguien es incapaz de explicar lo que no entiende. Entonces, lo más sencillo es darle un aura de misterio a esa respuesta no encontrada.
Las teorías de la conspiración “comienzan con nuestro intento de comprender acontecimientos complejos”, dijo a Live Science Daniel Jolley, profesor de psicología social de la Universidad de Nottingham.
“Podría decirse que las teorías de la conspiración ofrecen soluciones sencillas a problemas complejos”.
También existe una naturaleza de culpar a alguien por situaciones que suceden en el mundo, como ocurre con las enfermedades.
Los ingredientes esenciales de una teoría de la conspiración
Para que una teoría de la conspiración nazca y se reproduzca, debe tener los siguientes ingredientes: apelar directamente a personas que estén dispuestas a creerla, un momento oportuno para sembrar la duda en esas personas, y un grupo u organización secreta al que culpar.
Las principales teorías conspirativas suelen ser muy difíciles de desmontar: algunas pueden contener granos de verdad o alimentar una necesidad emocional de los creyentes.
Por su parte, los creyentes acérrimos son expertos en racionalizar las pruebas que contradicen sus creencias. Su postura es cuestionar a quienes dudan de sus conclusiones sobre las mayores teorías conspirativas. Quienes los contradicen están equivocados, o incluso son parte de la conspiración.