CIUDAD DE MÉXICO.-Grupos de crimen organizado comenzaron a controlar la pesca y la distribución de productos del mar en estados del noroeste del País incrementando los precios e imponiendo sus condiciones, advirtió Manuel Lira, dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) en Sonora.
Estas organizaciones, explicó en entrevista, se encargan de comprar toda la producción y después deciden a quién le venden el producto y establecen el precio que ellos quieren.
«(Intervienen) desde la pesca, tienen una red de compradores, acopian ellos la mercancía y ya tienen, de alguna manera, su cadena de comercialización. No te voy a decir que es en todos los productos, hay unos más que otros, pero sí es un fenómeno que se está dando cada vez más en buena parte del País, es una realidad a la que nos estamos enfrentando», indicó.
Los productos que son más susceptibles de ser monopolizados por los criminales, explicó, son los que tienen mayor valor en el mercado como el camarón, la almeja, el callo de hacha, pero también intervienen en la venta de varios tipos de pescados.
«Ellos llegan con grupos de pescadores o cooperativas y dicen: ‘ahora me vas a vender a mí. Yo te voy a pagar tanto’. Y pues bueno, ahí empieza la cadena con otro comercializador que antes no estaba en la jugada», refirió.
En marzo, la investigadora del Instituto Brookings, Vanda Felbab-Brown, dio a conocer un estudio en el que reveló que el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) habían incursionado en el control de la pesca legal e ilegal en Sonora, Sinaloa, Baja California y Baja California Sur.
«En la etapa inicial, exigen una tarifa de extorsión a los pescadores legales e ilegales, las cooperativas de pescadores y las plantas de procesamiento de mariscos, los transportadores y exportadores.
«Sin embargo, los grupos de crimen organizado van más allá de eso en su esfuerzo por monopolizar la industria pesquera. Se presentan en comunidades locales, donde instruyen a los pobladores a vender el pescado capturado al grupo criminal o correr el riesgo de ser asesinados», describió Felbab-Brown.
En el caso de la pesca ilegal, señaló, se hacen del control de especies como totoaba y pepino de mar que son muy demandadas en China.
«Los grupos delictivos mexicanos impidieron que los comerciantes chinos compren directamente a pescadores locales en un esfuerzo por monopolizar las industrias de pesca ilegal y legal. Los pescadores furtivos de totoaba y orejas de mar ahora están obligados a vender a grupos delictivos mexicanos que luego venden a los comerciantes chinos», agregó.
Lira lanzó un llamado a las autoridades mexicanas para que ejerzan un mayor control y vigilancia de las actividades pesqueras y de comercialización para evitar que estos grupos sigan controlando los productos.
«Es una realidad, es algo que no podemos ocultar, estos grupos se han ido metiendo cada vez más en este tipo de actividades», lamentó.