Dani Alves ya hizo sus primeros dribles en México, al menos contra varias personas que acudieron al aeropuerto capitalino para darle la bienvenida como nuevo refuerzo de los Pumas.
Entre empujones y trompicones, así fueron los minutos previos al arribo del crack brasileño. Eran las 17:00 horas de este viernes 22 de julio y el caos estaba garantizado, entre decenas de medios de comunicación, algunos aficionados auriazules y una treintena de curiosos (alguno hasta con gorra del América).
Alves, el jugador más laureado en la historia con 43 títulos y capitán de la Selección de Brasil, salió por la zona de hangares. Algunos afortunados lograron la «selfie», y hasta un video, en la zona Duty Free del AICM, antes de que abordara una camioneta suburban café, camino al hotel de los Pumas.
Mientras, el pasillo de llegadas internacionales de la Terminal 1 del aeropuerto capitalino era un pandemonio; que si ya está saliendo por la dos (puerta E2), que si ya lo habían visto por la uno. «¡Policía!, yo sólo vengo por mi familiar y me van a atropellar», reclamó una usuaria.
El propio Alves fue un tanto responsable de la locura, desde que esta madrugada publicó una historia en Instagram, ya en el avión de Barcelona a México.
«Estoy un poco frustrado porque venimos de la Terminal 2, donde se supone que iba a llegar, pero que no, que en la uno, vine corriendo, pero ya ni modo», dijo Alejandro, uno de los aficionados frustrados, pero no tanto, por la magnitud del fichaje. «Son unos Pumas que nunca había visto en mi vida».
Si la afición auriazul ya se ilusionaba con refuerzos como los del mundialista argentino Eduardo Salvio y Gustavo del Prete, más motivos tienen ahora con el crack brasileño Dani Alves, quien dentro de unas semanas tendrá que driblar solamente en la cancha.