Convertirse en unicornio, startups con valuación superior a los mil millones de dólares, puede verse como la “gran meta” de las empresas, pero las ancla a mayores expectativas que retan su posición y estatus en el mercado.
“Las expectativas del mercado suben, también la de los reguladores y el estatus de unicornio se puede perder.
“Los usuarios dicen ‘eres un unicornio, deberías tener mejor producto y ninguna queja de servicio al cliente’; eres medido con estándares más altos”, comentó Daniel Green, colíder de la práctica de AL de Gunderson Dettmer.
El experto de la firma de abogados internacional con enfoque en el ecosistema de capital de riesgo, dimensionó que esto puede ser particularmente complejo de cubrir, porque son empresas que crecieron de manera muy rápida y, por lo mismo, siguen puliendo sus productos y servicios.
“Son empresas que en muchos casos crecieron en un par de años y no un par de décadas, entonces siguen trabajando, puliendo y mejorando sus productos.
“Ser unicornio no debería ser la meta de un emprendedor, ser unicornio es medido en ese momento y puede cambiar, puede subir y puede bajar. Es un gran logro, porque significa que has conseguido cierto éxito e interés de inversionistas, pero no significa que está terminado el camino, es un paso en una carrera muy larga”, abundó Green.
Por el nivel de capital que reciben los unicornios tienen el poder y la capacidad de acaparar grandes segmentos de mercado, pero eso los vuelve foco de mayores resultados y exigencias, comentó Maquia Capital.
“Todos los ojos están sobre ti, tienes que estar dando resultados y lo tienes que hacer rápido, cumplir las expectativas de los inversionistas; puede llevar a una expansión acelerada.
“Y no es que no sea planeada, pero es demasiado alborotada y eso conlleva muchísima contratación de talento, mucha responsabilidad adicional”, dijo Jerónimo Peralta, managing partner en Maquia Capital.
Más allá de conseguir una valuación de mil millones de dólares, estas empresas deben concentrarse en desarrollar un modelo de negocios innovador y rentable en el largo plazo, añadió.
Latinoamérica cuenta con al menos 100 startups encaminadas a convertirse en unicornio, según registros del Soonicorn Club Handbook, elaborado por la empresa ALLVP; de ellas, cerca de 30 por ciento son mexicanas.
En opinión de Chiara Sheldon, COO de Reworth, muchas empresas continúan con la idea de ser un unicornio cuando eso hoy en día no es sustentable.
“Lo que hay que ser es un camello, porque el camello puede adaptarse a entornos extremos, y desde esa perspectiva lograr un equilibrio y tener un crecimiento sustentable”, comentó en un reciente panel organizado por la plataforma de financiamiento tecnológico Cumplo.