Alexis Massieu
Con base al testimonio de Karely “N”, el día de ayer Uriel Abisaí Pérez, Jonathan Miguel Jaramillo y Jordán Salvador Escandón, fueron encontrados culpables de cometer el homicidio calificado con ventaja y brutal ferocidad de Elda Graciela Ortegón, quedando pendiente para el día de hoy dar a conocer cuántos años pasarán en prisión.
Fue a las dos de la tarde que dio inicio la audiencia en la que los tres jueces encargados de resolver el caso, emitieron su fallo, no sin antes exponer uno de ellos los argumentos que consideraron para declarar culpables a los tres acusados, uno de ellos responsable también de la posesión de narcóticos.
De entre los medios de prueba que el juez relator señaló fundaron su decisión, estuvieron al menos 9 testimonios y los dictámenes de una docena de peritos, que acreditaron la existencia de restos humanos pertenecientes a Chelita y la supresión de su vida, es decir que no murió por causas naturales y que una o más personas la mataron.
Luego entonces y con base a lo que contó Karely “N”, quien era la amiga de Chelita, el juez dio por hecho que la noche del 5 de octubre del 2019, cito a la hoy occisa en la parte trasera de su casa en la calle Plan De Ayala en la colonia Emiliano Zapata, Jordán y Jonathan sujetaron a Elda Graciela por los brazos, el pañal le arrebató la tableta y le entregaron un bate a Karely, al tiempo que empezaban a burlarse y alentarla a que le pegara.
“Pégale todavía está viva”, le dijeron a Karely, luego de que esta ya le había dado un golpe con el bate en la cabeza a Chelita, la cual terminó recargada en una barda como somnolienta y con los ojos abiertos, señaló el juez durante su relato.
DESESTIMAN JUECES ALEGATOS
Karely soltó el bate y se fue a su casa a dormir, y dice la testigo; “se quedaron ellos solos con intención de matarla”, luego destacan que señaló que el asesino apodado El Pañal, le dijo que no dijera nada porque si no la meterían en la cárcel.
Para los jueces, el dicho de la menor se corroboró con el hallazgo de los restos óseos de Elda Graciela en el cauce de un arroyo a espaldas de la casa de Kerely, donde también se localizó la ropa que vestía, los zapatos, una blusa blanca y un vestido amarillo, casi a un mes de distancia del día de los hechos.
Para los jueces las pruebas ofrecidas y los alegatos de los abogados defensores no fueron suficientes, y con base al testimonio de Karely “N”, y una serie de indicios aislados, encontraron lo suficiente para vencer el principio de presunción de inocencia.
De esta manera mientras que a los dos testigos de Uriel Abisaí Pérez, que dijeron estuvo en otro lugar el día en que se cometió el homicidio, no les concedieron valor, por motivos como que el anfitrión de la fiesta a la que asistió no lo estuvo viendo todo el tiempo; el testimonio de la menor sí fue suficiente para ubicarlo en el lugar del crimen, y pese a que ella no lo vio pegarle a Chelita un solo golpe, suficiente también para condenarlo por homicidio.
Para los jueces penales la duda razonable sobre la culpabilidad de Uriel Abisaí Pérez, Jonathan Miguel Jaramillo y Jordán Salvador Escandón, fue vencida con los medios de prueba aportados por el Ministerio Público, aunque a los acusados no se les señaló por ninguna otra persona como los homicidas, de ellos no se encontraron huellas en el lugar del crimen o donde se encontraron los restos óseos, la tableta que se dijo le quitó “El Pañal” a la víctima apareció en la casa de Karely, y el arma homicida, un bate de béisbol, nunca se encontró.
A tres años de la muerte de Chelita el crimen fue resuelto en un tribunal sin embargo muchas preguntas quedaron sin contestar durante un proceso plagado de contradicciones en donde los acusados no quisieron declarar.