Apostar por una remontada doble será el reto de Red Bull en la carrera de mañana del Gran Premio de Hungría.
En las primeras dos etapas de la clasificación, Max Verstappen superaba a los Ferrari y se perfilaba para ganar la pole position, sin embargo, en la Q3, su RB18 perdió potencia y quedó relegado hasta el décimo puesto.
Pese a todas las cualidades del neerlandés, el gran problema está en las características del Hungaroring, ya que los adelantamientos son complicados y primero tendría que superar a varios pilotos.
«El problema estaba ahí cuando salí de boxes. Todavía no he estado en el equipo para ver de qué se trataba. Es muy frustrante, sin duda. Después de que parecía que habíamos encontrado un poco de velocidad y luego tienes esto, la verdad, apesta».
«Si miras la Q2, todo se veía mucho mejor. Por supuesto, la pregunta siempre es dónde terminas, pero la velocidad fue buena. Espero que no perdamos demasiado tiempo al comienzo de la carrera en comparación con los muchachos con los que realmente estamos peleando. Ya veremos, es difícil decir qué sucederá ahora», dijo el vigente monarca de la F1.
Con su otro piloto, el mexicano Sergio Pérez, el equipo de las bebidas energéticas también tendrá que hacer ajustes. El tapatío sigue sin encontrar el equilibrio en su monoplaza, ya que quedó eliminado en la Q2 y arrancará en el lugar 11.
Independientemente de la confusión de la FIA al borrarle y regresarle el tiempo por superar los límites de pista, Checo estuvo lejos de Verstappen durante todo el fin de semana.