Este fin de semana, Morena realiza una elección interna para definir a los liderazgos que tomarán las decisiones rumbo a los procesos electorales de 2023 y 2024.
Divididos en dos grupos, este sábado y domingo, en cada uno de los 300 distritos electorales elegirán a 10 morenistas, mitad mujeres y mitad hombres, que conformarán el Congreso Nacional de Morena, máxima autoridad del partido.
Posteriormente, los 3 mil congresistas sesionarán el 17 y 18 de septiembre para elegir a 300 morenistas que integrarán su Consejo Nacional, el cual escogerá a los integrantes de la dirigencia, excepto presidencia y secretaria general.
Ese Congreso también modificará en esas fechas los estatutos del partido y se ratificará el método para elegir al candidato presidencial.
Todos los liderazgos compiten por acaparar lugares, pues los congresistas se convertirán en consejeros estatales, quienes influirán en la definición de candidatos a gobernadores, diputados y Alcaldes en el 2024, además de elegir el 6, 7 y 13 de agosto a las dirigencias estatales.
Ya dentro de los órganos de dirección, los liderazgos se reagruparán para impulsar a alguno de los aspirantes a la candidatura presidencial.
En cada distrito compiten hasta 200 mujeres y 200 hombres. En las listas aparecen secretarios de Estado, funcionarios federales, Gobernadores, Alcaldes, legisladores y liderazgos locales.
Algunos de ellos, como el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López, o el vocero presidencial, Jesús Ramírez, se inscribieron directamente; otros, registraron a sus cercanos.
El proceso de renovación de dirigencias distritales, estatales y nacional de Morena enfrenta quejas por afectaciones de los derechos políticos de militantes y acusaciones por “rasuramiento” de éstos de la lista de candidatos para integrar el Consejo Nacional.
Para morenistas, tras cuatro años de pugnas internas, los grupos o liderazgos que ayudaron a Andrés Manuel López Obrador a crear el partido se disolvieron o perdieron fuerza.
Ahora, funcionarios que adquirieron poder en estos tres años de Gobierno federal también quieren encabezar las decisiones del partido, y otros se reagruparon y buscan fortalecerse.
Además, los personajes que han llegado de otros partidos también quieren posiciones, principalmente los ex priistas.
Tras la elección presidencial de 2018, el Congreso y Consejo Nacional de Morena debieron renovarse, pero Andrés Manuel López Obrador pidió posponer el cambio para 2019, a fin de llegar sin líos internos al poder.
Sin embargo, la disputa por el control del partido impidió que ese año renovaran sus órganos internos. Las asambleas se postergaron por violencia y protestas y, ante las impugnaciones de la convocatoria, el Tribunal Electoral invalidó el proceso.
El Congreso y Consejo nacionales no se han renovado desde el 2015. Este último prácticamente está inactivo, lo mismo sucede con los consejos estatales.
Mientras que el control de las dirigencias estatales las ha asumido la dirigencia nacional, la cual colocó, entre el 2020 y 2022, a 19 delegados con funciones de presidentes, y en el resto algunas son del 2015 y otras están acéfalas.
Después de una batalla legal, la Sala Superior ordenó elegir a la dirigencia nacional por encuesta, realizada por el INE, en octubre de 2020, además de depurar su padrón electoral.
Sin cumplir con este último mandato, Morena permitirá que cualquier ciudadano, sin ningún filtro, se afilie durante la elección y pueda votar por su candidato.
Grupos morenistas denunciaron que esto provocaría acarreo y compra del voto.