El hallazgo de estas nuevas especies en el Pacífico se hizo en una parte poco explorada: la Zona Clarion-Clipperton.
Muy Interesante
Los abismos oceánicos todavía guardan secretos inimaginables para los científicos. Los animales que ahí viven parecen sacados de otros planetas o de películas sobre extraterrestres. Algo así encontraron científicos del Museo de Historia Natural (NHM) de Londres en las profundidades del Océano Pacífico cuando se toparon ante una misteriosa colección de megafauna marina. Muchas de las especies podrían ser desconocidas para la ciencia.
El hallazgo de estas nuevas especies en el Pacífico se hizo en una parte poco explorada: la Zona Clarion-Clipperton, que incluye varios montes submarinos. Este territorio no es de fácil acceso, lo que la convierte en un lugar privilegiado para descubrir nuevas especies.
La investigación se publicó en la revista Zookeys, donde se detalla el estudio de 48 especies diferentes en las llanuras abisales de la Zona Clarion-Clipperton, entre Hawái y México, a 4800 metros bajo el nivel del mar.
Y es que en los días recientes hemos visto que, en efecto, el Pacífico es un sitio ideal para descubrir seres nunca antes vistos. Un ejemplo de ello es la criatura con tentáculos y forma de flor que descubrieron los tripulantes del buque de investigación E/V Nautilus.
Un circo de nuevas especies descubiertas
“Hace unos 150 años, la expedición [HMS] Challenger exploró esta zona, pero, que yo sepa, no se han hecho muchos estudios desde entonces”, dijo para Live Science Guadalupe Bribiesca-Contreras, bióloga del NHM en el departamento de ciencias de la vida y autora principal del estudio.
El inicio de estas nuevas exploraciones a la mencionada zona del Pacífico data de 2018, y la espera valió la pena. Cada nueva criatura que los expertos descubrían era más fascinante que la anterior.
Una de las que más llamaron la atención fue una “ardilla de goma” que parece un pepino elástico con forma de plátano semipelado (Psychropotes longicauda). Esta criatura medía casi 60 cm de largo y tiene 18 tentáculos de alimentación cortos.
También se toparon con una esponja marina del género Hyalonema, cuyo cuerpo se parecía a un tulipán. De las posibles nuevas especies que descubrieron los científicos, la que llamó la atención de Bribiesca-Contreras fue un tipo de coral del género Chrysogorgia, ya que es la primera vez que se encuentra un coral de este género en el Pacífico.
Su pólipo de color naranja pálido se parecía al de C. abludo, una especie que suele encontrarse en el océano Atlántico. Pero los investigadores lo identificaron más tarde como una nueva especie que aún no tiene nombre.
Gracias a un vehículo de operación remota armado con una garra robótica, el equipo pudo llevar a los animales a la superficie para analizarlos genéticamente. Era importante conocer el ADN de las especies para determinar su singularidad.
Viviendo en condiciones de difícil adaptación
Los expertos coinciden en que estas criaturas merecen un reconocimiento al vivir en condiciones donde la vida es hostil y complicada, la mayoría de las veces.
“El lugar en el que viven a estas profundidades del océano puede ser un reto”, dijo. “No hay luz, sus cuerpos soportan una presión aplastante y hay poca nutrición disponible”.
“Realmente necesitamos entender este ecosistema para poder elaborar planes de conservación”, dijo. “En este momento, la poca información que tenemos sobre este entorno y las especies que lo habitan hace que sea muy difícil saber lo perjudicial que podría ser la minería”.
Antes de la expedición del NHM, muchos de estos animales sólo eran conocidos en fotografías, vídeos, o en restos fósiles. Esta misión permitió a los científicos estudiar los especímenes mientras se movían libremente por su hábitat oceánico, y posteriormente en el laboratorio.