HUAMANTLA, Tlaxcala.-«Ve, tú puedes pasar», le dijeron a Emanuel, de 8 años de edad, cuando empezaba el evento del Presidente Andrés Manuel López Obrador en el hospital regional de este municipio tlaxcalteca.
El niño se coló entre los tubos de vallas metálicas y, aunque dudó en pasar en un primer momento -incluso volteó a ver a su mamá-, se enfiló hacia el Mandatario, quien se encontraba sentado en el templete.
Llevaba un papel en la mano y vestía sudadera gris. También usaba un cubrebocas rojo. Emanuel dio unos 20 pasos sin que nadie intentara evitar que llegara al Presidente, a quien comenzó a hablar al oído.
Le pidió ayuda para que su papá, Saúl Rosales Meléndez, acusado de haber participado en el linchamiento de un presunto delincuente cometido el pasado 15 de abril la entidad, salga de prisión.
López Obrador recibió la carta del niño, agachó la cabeza para escucharlo, luego le tomó la frente con la mano izquierda y le dió un beso, también en la frente. En encuentro duró menos de 20 segundos.
Mientras hablaba la Gobernadora de Tlaxcala, Lorena Cuéllar, el menor regresó por la misma ruta y volvió a cruzar las vallas metálicas hasta la parte trasera del acto, donde se encontraba su madre.
«Lo acusaron (del linchamiento), pero él no es culpable, él es inocente, diles», le pidió Alicia Meléndez Meléndez, esposa de Saúl, a su hijo Emanuel.
«Él es inocente, él es inocente», expresó el pequeño visiblemente consternado.
«¿Qué le dijiste al Presidente?», se le preguntó al niño.
«Que saque a mi papá de la cárcel», respondió a punto del llanto, después de que su madre dijo la misma frase.
El padre de Emanuel fue detenido por presuntamente haber participado en el linchamiento de un hombre en la comunidad de Tlalcuapan, municipio de Chiautempan, durante las festividades del Viernes Santo.
Representante de la comunidad de San Pedro Tlalcuapan, Saúl fue detenido el pasado 14 de julio cuando salía de una sesión del Cabildo de Chiautempan, en cumplimiento de una orden de aprehensión.
La víctima, identificada como Alfredo Bautista, fue golpeado y quemado vivo por pobladores luego de que vecinos de Tlalcuapan lo ubicaron como responsable de varios robos en la localidad.
Por el mismo hecho, un tío del menor, Raymundo Cahuantzi Meléndez (primo de Saúl), también fue detenido por la Fiscalía del Estado. Ambos están recluidos en el Cereso de Tlaxcala desde el 15 de julio.
«Tengo dos hijas más, una de universidad y otra de prepa, a lo mejor ellas dejan de estudiar (por esta situación). Ellos han sido violentados (en sus derechos). Lo único que pedimos es que nos apoyen, ellos son inocentes», aseveró Alicia.
«Hemos tocado puertas y nadie nos hace caso, se están suscitando cosas porque no nos hacen caso con la seguridad, nos están olvidando, a esta persona mucha gente la reconoció, por eso fue (el linchamiento), (pero ellos) no fueron, es una injusticia», agregó en entrevista.
«Su hijo logró llegar al Presidente, ¿Cree que ahora pueda mejorar su situación?», se le preguntó.
«Esperemos que sí, que nos ayude, queremos justicia porque son inocentes Saúl y Raymundo. Los abogados nos cobran mucho, necesitamos que nos escuchen, por favor», contestó.
«Que nos ayuden a ver la forma de que ellos no estuvieron ahí, que son inocentes, es una injusticia porque estamos perdiendo todo como familia, nuestros hijos van a dejar de estudiar por algo injusto».
Durante el acto, familiares de los detenidos mostraron folders amarillos con las leyenda: «Tlalcuapan, necesitamos Justicia».
Cuando López Obrador salió del hospital, los inconformes se acercaron a la camionera del Mandatario y comenzaron a gritar «justicia, justicia».