Núbil: linda palabra para un mal presagio, contrasta Efi, protagonista de Tengo 14 años y no es una buena noticia, novela de la francesa Jo Witek publicada por primera vez en español por El Naranjo, con ilustraciones de Jimena Estíbaliz y traducción de Xitlalitl Rodríguez.
La obra, que obtuvo el Premio Babelio 2021 en la categoría juvenil, relata el retorno de Efi a su casa durante las vacaciones de verano tras culminar clases en la secundaria.
Por la distancia entre la escuela, ubicada en la ciudad, y su hogar, en un poblado remoto, debe alojarse con una tía, de modo que volver al terruño, después de un largo periodo escolar, y reencontrarse con su familia, amigas y una cabra que adopta como mascota, le produce un regocijo desbordante.
Esta vez, sin embargo, no rebosa de alegría, sino de impotencia, furia y tristeza. Su condición núbil estrecha su horizonte, lo reduce a un matrimonio forzado con un hombre que le dobla la edad.
Pero Efi, personaje ficticio de un país indeterminado -puede ser cualquiera-, no se conforma y trastoca el devenir que le prefiguraron.
Hablar para evitar
“Aunque creemos que hay temas que no pueden tratarse con los niños o con los jóvenes, en realidad tienen que saberlos, solamente hay que encontrar la manera de decirlo”, considera Estíbaliz en entrevista.
Suele subestimarse, dice, la capacidad de niños y jóvenes para comprender temas y situaciones tan complejos como cotidianos, entre ellos los que aborda la novela de Witek.
“Tendemos a subestimar o a decir que no están preparados para saberlo. Hace años, cuando hice mi servicio social en una compañía de marionetas entendí que todo se puede decir, depende cómo; ni siquiera se trata de endulzar el lenguaje, solamente desmenuzar la información y darla de una forma en la que puedan digerirla”.
Situaciones como el matrimonio infantil, las violaciones o la discriminación son parte de una sociedad en la que están insertos niños y jóvenes y, si no tienen conocimiento de ello, el descubrimiento tardío puede desconcertarlos, opina Estíbaliz.
“Es mejor tener noción de lo que sucede alrededor, porque podría evitarse. ¿Cuántas niñas se han quedado calladas porque no saben que está mal lo que les hacen?“, señala en referencia al abuso sexual.
Trabajar en la novela resultó una experiencia conmovedora para Estíbaliz, ganadora del 30 Concurso Nacional de Cartel Invitemos a Leer.
“Mi cuerpo se llenó de impotencia y en mis ojos aparecieron lágrimas al reconocer que muchas otras adolescentes reales han y siguen formando parte de esta cruel situación. En las ilustraciones de este libro pude liberar mi angustia y brindarle a Efi una voz y una esperanza”.
El abrigo de la poesía
Rodríguez, quien además de traductora es autora y obtuvo en 2015 el Premio Nacional de Poesía Ignacio Manuel Altamirano, destaca el poder de las letras en el atroz vuelco de Efi hacia la adultez.
“Ni siquiera hubo una transición, fue un acontecimiento que guillotinó por completo su adolescencia, incluso sus ganas de vivir, y en este cambio, en este paso de un estado de bienestar, de seguridad con su familia, con sus ilusiones, con sus planes a futuro, a un estado aislado, atormentado, con dolor, quien acompaña a Efi es Emily Dickinson; la poesía”.
“Efi”, añade, “usa la poesía como única salida, la mantiene viva, y es finalmente lo que creo que hace la literatura: acompañarnos, y en este caso acompañar a las víctimas de matrimonio infantil”.
En la novela, Witek, también periodista, actriz y cuentacuentos, se aleja de maniqueísmos y dota de complejidad a sus personajes, destaca Rodríguez.
“No es la familia mala y Efi la buena; obviamente es la víctima, pero a lo largo de la novela la autora se detiene a narrar los vínculos afectivos que tiene con su papá, con su mamá, con su hermano, con sus amigas, con sus tíos, sus primos o sus hermanitos: hay matices en los que se detiene y refleja muy bien”, pondera.
Señala también la agudeza de la Witek para mostrar el matrimonio infantil como un hecho que no sólo ocurre en las poblaciones originarias o sometidas a violencias, como la económica, sino también en las ciudades.
Además Witek, que decidió escribir para niños y adolescentes porque descubrió que los adultos “no eran buenos para los grandes sueños de la humanidad”, relata la transformación no sólo de Efi, sino de su hermano Âta.
“Comprendo que él también padece su lugar de hombre que los nuestros le han reservado”, relata la protagonista en la obra, escrita en primera persona.
“No es el salvaje, el brutal, el dominante que ellos esperan para su pequeña sociedad. Es un chico del siglo 21 que huele bien. Huele muy bien: a ternura, igualdad y fraternidad“, describe Efi.
La historia de Tengo 14 años y no es una buena noticia puede lograr resonancias en cualquier lector, independientemente de su género o edad, pues el abuso es un tema que repercute en todos, valora Estíbaliz.
“Estamos educados a partir de una estructura machista y hay que dejar de normalizarla”, insta.
En el mundo, una de cada cinco niñas se casa o vive en unión libre antes de los 18 años, informa El Naranjo. En los países menos desarrollados, la cifra se duplica, con el 36 por ciento de las niñas casadas antes de tener la mayoría de edad, mientras el 10 por ciento contrae matrimonio antes de los 15 años.
Si no se intensifican las medidas para evitarlo, advierte la editorial en su sitio de internet, más de 120 millones de ellas se habrán casado en 2030 antes de cumplir 18 años.
Una travesía visual
En Tengo 14 años y no es una buena noticia, Estíbaliz incorpora en sus ilustraciones una paleta cromática en escala de grises, con acentos en azul, que enfatizan la melancolía, y en rojo, cuya intensidad refleja las vivencias de Efi.
Recurre también a las formas opuestas: de la austeridad de las formas geométricas, al trazo figurativo que evoca, por ejemplo, flores o mariposas.
Reviste sus imágenes de una textura que remite al transcurso del tiempo, a un hecho añejo como el matrimonio infantil, dolorosamente vigente.
“Como ilustradora, tengo una responsabilidad de comunicación, encontrar la forma en la que decimos las cosas implica plantearse metáforas e imágenes en las que los otros también puedan decir: ‘esto es durísimo’, pero al mismo tiempo lo abrazas, porque lo estás entendiendo o estás empatizando con lo que te está queriendo decir la imagen”, apunta Estíbaliz.
El trabajo del ilustrador es más interesante, añade, cuando además de acompañar al texto, propone, a través de las imágenes, una lectura nueva.
El libro está disponible en librerías, así como en la página del sello y en Amazon Kindle.