Josselyn es psicóloga y desde hace tres años comenzó a trabajar en el C5 como operadora del 911. Durante cuatro meses se preparó para atender a mujeres en situación de riesgo a través de la nueva línea *765 SOS Mujeres, que funciona las 24 horas.
Sólo ella, en dos semanas recibe al día unas 20 llamadas. En el 80 por ciento le piden asesoramiento legal para demandar a su agresor, obtener la custodia de sus hijos y ayuda psicológica.
“Nos están conociendo. Nos preguntan cómo funciona la línea y sus dudas sobre cómo pueden actuar por la vía legal contra su agresor y también orientación psicológica, porque muchas tienen hijos. Pero aún hay mucha sorpresa de que exista una línea por y para mujeres”, relata la operadora.
Pateando la puerta
El 25 de julio comenzó a funcionar el *765, con atención gratuita y especializada para detectar, orientar y frenar agresiones en contra de las mujeres que habitan en la Ciudad.
Un total de 166 operadoras del 911 fueron capacitadas con perspectiva de género por el Instituto de las Mujeres capitalino (Inmujeres).
Parte fundamental de su preparación ha sido detectar a quienes se encuentran en mayor riesgo para enviar en minutos apoyo policiaco y detener al violentador… o una ambulancia. La velocidad reduce la posibilidad de una tragedia.
En las dos primeras semanas han atendido en 545 llamadas, de las cuales 19 han derivado en la detención de agresores.
“Nuestro objetivo principal es disminuir los feminicidios en la CDMX”, explica Marcela Figueroa Franco, subsecretaría de Desarrollo Social de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC).
“Estamos conectados con 15 sectores de la Policía (…) ubicadas en seis alcaldías, los cuales tomarán diplomados de 190 horas especializados en género”.
Al quinto día de operaciones se registró el primer detenido. Se trató de una mujer que llamó pidiendo ayuda porque su ex pareja quería entrar a la fuerza a su domicilio. Se emitió la alerta a una unidad de policías cercana y fue posible encontrar al agresor pateando la puerta y amenazando. La mujer que lanzó el SOS decidió denunciar.
“Ya tenemos 19 detenidos porque atentaron contra la vida de una mujer y sus víctimas decidieron denunciar. Estos se encuentran detenidos hasta determinar su situación”, agrega Figueroa.
Los casos que terminan en denuncias son pocos, ya que muchas prefieren no hacerlo por miedo a perder la custodia de sus hijos.
Aún en estos casos, el acompañamiento se mantiene con seguimiento presencial por Inmujeres, psicológico en línea por el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la CDMX y hasta asesoría legal.
Lección personal
Al llegar una llamada, un programa en su computadora avisa a Josselyn que se trata del *765. Comienza por pedir datos de la solicitante, nombre, lugar de ubicación y el motivo de su llamada. Toda esta información la vacía en el programa y ficha de reporte, con la intención de localizar rápidamente el lugar donde está la víctima y, en caso de ser necesario, mandar una alerta de atención a los policías para que acudan a su rescate.
El rango máximo de acción para este proceso es de 5 minutos, pues salvar una vida apremia.
Ella nunca ha sido víctima de violencia de género extrema, aunque sí conoce lo que es el acoso en las calles. Las mujeres que escucha padecen desde violencia verbal y psicológica, golpes, encierros y amordazamientos, hasta agresiones sexuales e intentos de asesinato. La ejercen, principalmente, parejas, ex parejas y hasta miembros de sus familias.
Como operadora bilingüe, antes se encargaba de las llamadas de turistas que recurren al 911. Hoy, esa habilidad extra la considera una buena herramienta para mujeres que están en la CDMX, pero que son de origen extranjero y que también necesitan hacer usó de la línea contra la violencia de género.
“Lo que he aprendido aquí, con la capacitación de cómo atender a las víctimas y lo que ellos cuentan, no sólo me lo quedo para mi trabajo, sino como algo personal que puedo aplicar en mi familia, con amigas y mis seres queridos. La importancia de erradicar la violencia de género es prioridad”, concluye la joven.