Alexis Massieu
Más allá de mejorar las condiciones en las que los adultos mayores pueden acceder a su dinero, las instituciones bancarias con sus innovaciones parecieran más que hacerles un bien, complicarles esa situación con la implementación de servicios como la banca en línea o la atención a dudas y quejas vía telefónica, reduciendo con ello el capital humano con el que se le daba un trato directo al cliente.
Gerardo Arellano, asesor legal que ha tenido por clientes a diversas instituciones bancarias, señaló al respecto que la problemática para la gente de la tercera edad ya no es solamente el no saber cómo usar un cajero automático, sino que no exista personal que pueda auxiliarlos y le digan al cuentahabiente por otro lado que no se deje asesorar por extraños.
“Los sistemas digitales que utiliza la banca los coloca a ellos en una situación muy vulnerable, donde por ejemplo, con la banca móvil o la creación de asistencia telefónica reducen mucho sus áreas de atención al público, de personal que atendía sus quejas o aclaraciones en cualquier tipo de duda o problema, de tal manera que los bancos han generado más un problema para a esos cuentahabientes que un beneficio” señaló el entrevistado.
La mayoría de los pensionados indicó, tienen un patrimonio limitado y por eso cuando se les afecta el problema es grave; la Condusef está en Monterrey, es una autoridad de arbitraje donde las partes se someten voluntariamente y si no quieren no van, por eso sufre la gente para ir a sus citas mientras los bancos pueden o no atender el llamado.
“Vergonzoso es el trato de la banca a los adultos mayores”, sentenció; “la propia tarjeta del bienestar genera largas filas, unos no saben que pueden ir a cobrar a otro banco, hacen fila en la intemperie y llevan sus bancos, y los que saben, no quieren ir a cobrar a otra parte porque les cobran por darles información del saldo y otro tanto por retirar 8 y 18 pesos les cuesta en el banco del bienestar y 30 pesos en el banco de una conocida tienda departamental.