SAN LUIS POTOSÍ, SLP.-La Fiscalía de San Luis Potosí informó que ya investiga el caso de Camila Roxana Martínez, niña de tres años que fue declarada muerta dos veces en menos de 24 horas y que fue víctima de negligencia médica.
Fuentes de la Fiscalía detallaron a Grupo REFORMA que no sólo se indaga al médico Horacio Mares Rentería, quien recibió a la menor en el Hospital Comunitario de Salinas de Hidalgo, perteneciente al Gobierno estatal y donde la declararon muerta por primera vez la madrugada del jueves 18 de agosto, sino que las investigaciones apuntan también a por lo menos otros dos médicos particulares que la diagnosticaron.
Para ello, agregaron las fuentes, se realizan los peritajes e investigaciones respectivas, así como entrevistas con los intervinientes en el caso.
Por medio de un comunicado la Fiscalía aseguró que «centra las líneas de investigación en las primeras atenciones médicas que se le brindaron a la menor. De igual manera, indaga el actuar del personal del Hospital Básico a donde acudió la familia a solicitar la atención, así como de atención externa».
En entrevista, la madre de Camila, Mary Jane Mendoza, contó que viajó unos 50 kilómetros desde su comunidad La Herradura, en Villa de Ramos, hasta el hospital más cercano, el de Salinas de Hidalgo, porque un pediatra particular le aseguró que ahí atenderían mejor a su hija, quien presentaba un fuerte cuadro de vómito, diarrea y fiebre.
En un lapso de 60 minutos, narró, observó cómo en la primera atención sólo dos enfermeras atendieron a menor, pues el médico encargado, identificado como Horacio Mares Rentería, sólo se dedicó a observar.
«Me la enredan en toallitas mojadas, me le están checando su pulso y temperatura, duramos ahí como una hora y me dicen tu bebé ya está mejor, ya te la puedes llevar, lo único que me dieron fue 30 gotitas de paracetamol, cada ocho horas, y dos sobrecitos de suero», relató.
Tras la alta del médico, Mary Jane decidió quedarse en Salinas, donde vive su suegra, pero al paso de las horas notó que el paracetamol no solucionó el malestar de Camilia, por lo que acudieron con otros dos médicos particulares, y uno de ellos la mandó de inmediato a urgencias. La menor fue internada de nuevo en el Hospital Comunitario.
«(El doctor) me dijo que la llevara de vuelta al hospital y fue cuando la ingresé, ahora sí el doctor (Horacio) andaba queriéndole poner suero y oxígeno», dijo Mary Jane a Grupo REFORMA.
También aseguró que a su hija no se le administró oxígeno durante una hora, debido a que el Hospital Comunitario no contaba con los insumos necesarios.
Mary Jane contó que al notar que Camila no era atendida correctamente, les exigió a los doctores un pase para que su hija fuera atendida en la capital potosina, a unos 100 kilómetros de distancia y aproximadamente a una hora y media de camino.
Sin embargo, aseveró, cuando estaban a punto de darle el documento, una enfermera le informó que Camila ya había fallecido. Más tarde, ya en la madrugada, le fue entregado un certificado de defunción, con diagnóstico de diarrea aguda, deshidratación severa y shock hipovolémico.
Fue ese mismo día, ya durante la mañana y en la velación de la niña, que Mary Jane y su suegra se dieron cuenta que ésta todavía movía los ojos y el ataúd se empañaba por la respiración, por lo que llamaron a una enfermera, quien les dijo que seguía viva al detectar signos vitales.
Según Mary Jane, en el traslado en ambulancia hacia San Luis Potosí fue cuando los paramédicos declararon muerta a su hija. En el segundo certificado se afirmó que falleció por un edema cerebral, falla metabólica y deshidratación.
El director del Hospital Comunitario de Salinas de Hidalgo es Ángel Pérez Sáenz, y esa zona pertenece a la tercera Jurisdicción Sanitaria del Gobierno estatal, cuya titular Claudia Leticia Cerecero Castillo.