El Telescopio James Webb logró detectar, por primera vez primera indicios de la existencia de dióxido de carbono en la atmósfera de un planeta fuera del Sistema Solar.
Excelsior
El Telescopio James Webb logró detectar, por primera vez primera indicios de la existencia de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera de un planeta fuera del Sistema Solar.
Se trata del planeta WASP-39 b, que es un gigante gaseoso, con una masa 25% de la de Júpiter.
Este mundo, está muy cerca de su estrella anfitriona, a 1/8 de la distancia entre el Sol y Mercurio, y su año es de unos cuatro días terrestres.
Su estrella anfitriona es similar al Sol, y se encuentra a unos 700 años luz.
En este gigante gaseoso y caliente, la vida tal como la conocemos sería imposible, pero este descubrimiento implica que estas observaciones pueden darse en planetas rocosos y así determinar si uno de ellos reúne las condiciones favorables para la vida.
WASP-39 b fue detectado por primera vez en 2011, y, de acuerdo con la NASA, anteriormente ya se habían revelado otros elementos que podían indicar la presencia de dióxido de carbono en la atmósfera del planeta, como vapor de agua, sodio y potasio.
Sin embargo, esta es la primera vez que se detecta el CO2 irrefutablemente.
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Al hallar este compuesto en un exoplaneta es de suma importancia, ya que, en la atmósfera de la Tierra el CO2 es la principal fuente de carbono para la vida.
“Este descubrimiento se debe especialmente a la inigualable sensibilidad infrarroja del James Webb”,
concluyó la NASA.