Alexis Massieu
Con un sonido diferente llamado “13” y rescatando la obra de un par de genios mexicanos, el guitarrista Ángel Blanco visitó Monclova como parte de una gira de promoción de la inédita grabación que hizo del pequeño preludio de Augusto Novaro, una música de otro mundo que la mayoría de la gente pudiera asociar con el soundtrack de una película.
Originario de Monterrey y saltillense por adopción, Ángel Blanco ha pasado gran parte de su vida en Canadá, estudió cinco años en la Escuela Superior de Música de la Universidad Autónoma de Coahuila, y mediante un intercambio se fue a Canadá donde terminó la carrera en la universidad del Obispo, (Bishop’s) vecino país del norte donde tuvo la oportunidad de hacer algunos postgrados, todos enfocados en la guitarra.
Con dos guitarras a la espalda, que a primera vista parecieran de lo más comunes pero que suenan muy diferente, Ángel Blanco llegó a la Capital del Acero para promocionar su nuevo proyecto que implica la primera vez que se graba el preludio de Augusto Novaro uno de los más grandes genios de la música que ha dado la humanidad, y que es mexicano.
Novaro, explicó; fue el segundo Julián Carrillo, según dicen quienes lo conocen, y Julián Carrillo, señaló; es otro de los grandes genios mexicanos, el descubridor del sonido 13.
De una forma simple, explicó, se trata de propuestas musicales alternativas a la afinación convencional con su escala cromática, pudiendo imaginar el lector que el sonido 13 es como si entre las teclas blancas y negras de un piano alguien hubiera descubierto que hay más sonidos de los que se sabía que existían.
“Es una primicia mundial porque nunca se había grabado la obra de guitarra de Augusto Novaro, creada entre 1920 y 1940, en ningún registro fonográfico, probablemente se dio a conocer en conciertos en vivo, y la puede rescatar con ayuda de especialistas que recrearon una Novarra, como se llama a la guitarra de Augusto Novaro”.
Una guitarra convencional explicó, tiene 12 trastes en la octava, y la Novarra tiene 15 trastes, mientras que la suya tiene 24, dado que la música de ese genio mexicano requiere un instrumento preciso para interpretarla.
Ángel Blanco confiesa que a él no se le da naturalmente la música, pero es muy insistente, y esa tenacidad le ha permitido avanzar, dada la necesidad que tiene de crear y de explorar cosas nuevas, algo que nunca le ha dado miedo ni lo va a limitar.
El sonido 13 es algo que la mayoría de la gente pudo haber escuchado mediante alguna película, y que pueden conocer de lleno dentro de la propuesta de Ángel Blanco en wwwangelblanco.rocks, donde están los enlaces y ligas apara descargar su obra.
En días pasados señaló, presentó su nuevo proyecto en Matehuala y la próxima será en San Francisco California con un concierto.