La proyección de crecimiento del PIB de 3.0 por ciento para el próximo año sobre la que descansa gran parte del Paquete Económico 2023 que entregó el jueves la Secretaría de Hacienda al Congreso, más que duplica la previsión de 1.36 por ciento de los analistas privados contenida en la más reciente encuesta del Banco de México.
Por ello, los ingresos que prevé el Gobierno para sus programas fueron puestos en duda por diferentes analistas financieros.
«Las proyecciones para el PIB y la plataforma de extracción de crudo son más ambiciosas que las nuestras, por lo que se corre el riesgo de que la dependencia sobreestime los ingresos para el siguiente año», anotó en un análisis Grupo Financiero Ve por Más.
En consecuencia, advirtió, para mantener el equilibrio en las finanzas públicas y el nivel de endeudamiento, y cubrir los programas sociales y obras de infraestructura insignia, no se descartan recortes en el gasto en sectores que se consideren menos prioritarios.
Aparte, BBVA México coincidió al señalar que la sobreestimación del crecimiento para el 2023 es la principal fuente del riesgo para los ingresos tributarios proyectados.
Así, alertó, el Gobierno federal tendrá un reducido margen de maniobra ante una baja económica de Estados Unidos.
Ve por Más indicó que, aunque el Paquete Económico 2023 contiene sanos compromisos de estabilidad fiscal con niveles de endeudamiento «razonables», algunos elementos podrían impactar las finanzas públicas, como la probabilidad de que Pemex requiera más apoyos y que se siga erosionando el crecimiento potencial de la economía por la baja inversión.
También por separado, Grupo Financiero Monex hizo notar que además de que el PIB proyectado por el Gobierno para el próximo año está muy por arriba del esperado por el consenso, las expectativas sobre éste han ido a la baja continuamente durante los últimos meses.
«Aunque esta divergencia no es atípica en la elaboración de los presupuestos, las finanzas públicas mexicanas han logrado salir adelante gracias a circunstancias fortuitas o de excepción», recordó.
«(Pero) pensamos que la repetición de dichos escenarios no es garantía, lo que abona a la noción de sobreestimación de las variables de ingreso y gasto», advirtió.
En un análisis, Monex consideró que la salud financiera de México continúa en un camino de deterioro que inició hace años.
Actualmente, los distintos indicadores de endeudamiento se ubican dentro de parámetros razonables, pero el cuantioso incremento que se perfila para el gasto de este año ejercerá presiones de manera inmediata.
«Si bien durante años pasados el panorama ofrecía señales mixtas que abrían la puerta a narrativas optimistas, hoy en día el consenso está bien arraigado en torno a la desafiante situación por la que atraviesa la economía mundial.
Señaló que la desaceleración de la actividad y las mayores presiones inflacionarias se perciben no como una posibilidad, sino como una realidad que está siendo validada por los datos.
«Es por ello que pensamos que la evolución de las finanzas públicas durante el 2023 será muy diferente a la planeada y es probable que hacia adelante se observen recortes al gasto como estrategia de ajuste», expuso.