Por Carlos Ornelas
El mito del ave Fénix trata de una criatura que muere por el fuego y renace de sus propias cenizas. Además, la resurrección dota al ave de poder y fortaleza. En la política se usa como metáfora de alguien que, después de haber perdido todo o haber sido defenestrado por sus adversarios, regresa triunfante. Ese parece ser el deseo de Elba Esther Gordillo, la legendaria cacique del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.
En una entrevista con Roberto Zamarripa (Reforma, 11/09/22), la señora Gordillo se presentó como la presidenta del SNTE y mujer innovadora; también precisó sus antipatías y afectos. En fin, sin mácula, una heroína encarcelada por sus convicciones.
Si se hace caso a sus palabras, la señora Gordillo es la creadora del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, los exámenes de oposición para el ingreso y la promoción de los docentes y de las escuelas de tiempo completo. También diseñó la carrera magisterial. Todo para beneficio de los maestros y la niñez, dijo.
No obstante, en algún momento expresó que defendió el derecho constitucional (¿?) del SNTE de tener el 50% de las plazas de nueva creación y que los maestros que pasaban a retiro podían heredar o vender la plaza. Dijo que ella renunció a ese derecho, pero se sabe que fue la reforma de Peña Nieto la que eliminó ese privilegio.
Se muestra ruda contra Manuel Bartlett, entonces secretario de Educación Pública y más tosca todavía contra Josefina Vázquez Mota. No oculta que los aborrece, al igual que a Carlos Jonguitud, Enrique Peña Nieto, Roberto Madrazo, Alejandro Moreno, la CNTE y a quienes la echaron del SNTE, del PRI y luego del Panal.
No dijo que Andrés Manuel López Obrador le fuera antipático, pero que no tiene relación directa con él, aunque le da pena la nueva secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez. Aprovechó el viaje para reprobar al modelo educativo que propone la SEP, porque lo urgente es atacar el profundo rezago educativo y las grandes carencias.
En contraste con los epítetos que lanzó a quienes supone que la agraviaron, exaltó sus contactos con Manuel Camacho y Marcelo Ebrard.
En parte central de la entrevista no se mide en autoelogios, se califica como mujer fuerte y pura: “Fui poder de frente, no fui líder moral nunca”. “Yo he luchado, yo he estado como lo que soy, aguerrida, combativa, pero nunca contestataria, nunca rayando bardas ni pidiéndole a mis compañeros que suspendan clases”. Se pronunció por lo que, según ella, siempre defendió: “la educación pública de excelencia, laica, gratuita, nacional, universal (para) lograr una sociedad justa, equitativa, de valores y también para formar al hombre del mundo porque estamos ante un quiebre civilizatorio”.
Ante la pregunta de por qué quiere regresar, respondió: “Porque las convicciones no son motivo de negociación, porque puedo decir que soy una mujer congruente”. Además, aseguró nunca fue corrupta; sí, los maestros la mantenían, pero se lo ganó a pulso.
Insistió que continúa como presidenta del SNTE; acaso porque, en el cambio a los estatutos de 2007, se dijo que ella sería la jefa hasta cuando lo decidiera. Pero también que quiere entrarle a una elección democrática.
En alguna de las Cartas a Tito Livio, Maquiavelo apuntó que en el caso de los caudillos que regresaron al poder, se debió a que eran temidos y gozaban de aliados poderosos.
Pues sí, la señora Gordillo quiere volver. Pero dudo que alguien le tenga miedo y, en lugar de aliados, tiene adversarios con poder. No será como el ave Fénix.
RETAZOS
Una jueza ordena a la SEP que rehabilite el programa Escuelas de Tiempo Completo. La SEP impugnará la decisión y si el Poder Judicial la ratifica, no la acatará La desaparición de ese programa fue orden del presidente al que nadie de su tropa le dice no.