Madrid. Los insectos tienen una capacidad débil para ajustar sus límites térmicos a altas temperaturas y, por tanto, son más susceptibles al calentamiento global de lo que se pensaba.
La Jornada
Ante las olas de calor, cada vez más frecuentes e intensas, que exponen a los animales a temperaturas fuera de sus límites normales, un equipo internacional dirigido por investigadores de la Universidad de Bristol estudió más de 100 especies de insectos para comprender mejor cómo les afectarán estos cambios.
Los insectos, tan importantes como los polinizadores, las plagas de cultivos y los vectores de enfermedades, son particularmente vulnerables a las temperaturas extremas. Una forma en que pueden lidiar con tales extremos es a través de la aclimatación, en que la exposición térmica anterior extiende sus límites críticos.
La aclimatación puede desencadenar cambios fisiológicos, como la regulación positiva de las proteínas de choque térmico, y dar como resultado cambios en la composición de fosfolípidos en la membrana celular.
El equipo descubrió que a los insectos les cuesta trabajo hacer esto de manera efectiva, lo que reveló que la aclimatación de los límites térmicos críticos superior e inferior era débil; por cada cambio de un grado Celsius en la exposición, se ajustaron sólo 0.092 y 0.147 grados, respectivamente (es decir, sólo una pequeña compensación de 10 o 15 por ciento).
Encontraron, sin embargo, que los insectos juveniles tienen una mayor capacidad de aclimatación, destacando que puede haber periodos críticos de la vida cuando se experimenta una ola de calor que puede mejorar la resiliencia posterior.
Hester Weaving, de la Facultad de Ciencias Biológicas de Bristol y autora principal del estudio, en un comunicado explicó: “A medida que las temperaturas extremas se vuelven más intensas y frecuentes en nuestro mundo cada vez más cálido, muchos insectos tendrán que depender de cambiar a nuevos hábitats o modificar su comportamiento, en lugar de ser capaces de tolerar fisiológicamente el incremento de la temperatura.
“Nuestro estudio comparativo identificó algunas lagunas importantes en la comprensión de las respuestas de estos animales al cambio climático e instamos a realizar más análisis acerca de especies en grupos y lugares subrepresentados”.
El equipo ahora investiga cómo la reproducción de los insectos se ve afectada por la exposición a temperaturas extremas, ya que esto puede ser más importante para predecir futuras distribuciones que las medidas de rendimiento o supervivencia.