Casi la mitad de las personas que solicitaron asilo en Estados Unidos y que fueron devueltas a México como parte del programa «Quédate en México» a la espera de una audiencia en un tribunal de inmigración estadounidense dijeron que habían sido abusadas por agentes locales, según un informe de Human Rights First publicado esta semana.
El organismo de derechos humanos con sede en Estados Unidos revisó 2 mil 688 entrevistas a solicitantes de asilo realizadas entre enero y agosto. La mayoría de los migrantes provenían de América Latina, y el 47 por ciento dijo haber sido víctima de robos o extorsiones por parte de funcionarios del Gobierno mexicano, incluidos agentes de inmigración y fuerzas de seguridad.
El Presidente mexicano, Andrés Manuel López, que ha centrado su estrategia de inmigración en el desarrollo regional, insiste en que su Gobierno no tolera la corrupción ni los abusos de las fuerzas de seguridad. Celebró la decisión de reducir el programa, diciendo en agosto que México nunca había aceptado ser un «campamento para migrantes que esperan una resolución en Estados Unidos».
La Administración Biden buscó poner fin al programa, formalmente conocido como Protocolos de Protección de Migrantes, que fue implementado durante el Gobierno del Presidente Donald Trump en 2019 para disuadir a los solicitantes de asilo. El programa se cerró tras una prolongada batalla legal.
El Instituto Nacional de Migración de México y la Guardia Nacional del país no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios sobre el informe.
La mayoría de las personas acogidas a los Protocolos de Protección de Migrante este año provenían de Nicaragua, Cuba, Venezuela, Colombia y Ecuador.
Muchos denunciaron que también se enfrentaron a la violencia de los cárteles en México, donde el Gobierno se ha visto presionado en las últimas semanas después de una serie de actos violentos en las principales ciudades que pusieron de manifiesto el control de los grupos criminales del país.