La actriz es recordada por su participación en novelas como “Los ricos también lloran”, “El edificio de enfrente”, “Barata de primavera”, entre otras
Verónica Castro ,una de las actrices mexicanas más reconocidas del mundo del espectáculo nacional, decidió abrir su corazón y contar algunas carencias económicas a las que se enfrentó antes de que se convirtiera en una estrella.
Castro es recordada por su participación en novelas como “Los ricos también lloran”, “El edificio de enfrente”, “Barata de primavera”, además que se desempeñó como conductora en el programa “Mala noche… ¡no!”, entre otros. Si bien la estrella proviene de un linaje artístico, esto no influyó para que naciera en una “cuna de oro”.
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Fue en el programa “Ventaneando” donde expresó que su padre era medio hermano del actor Fernando Soto El Mantequilla, conocido por su actuación en películas con Pedro Infante. Además que ella incursionó en el medio desde una temprana edad.
“Estaba muy escuinclilla (cuando inició) no sabía que venía de una familia de artistas porque como mis papás se separaron muy jóvenes, pues mi mamá y nosotros estábamos muy chiquitos, entonces mi papá era medio hermano de ‘Mantequilla’, su papá era Panzón Soto, mi abuela, una actriz muy famosa chilena, Socorro Astol, mi tía también que hizo un teatro, una especie de Bellas Artes en Sinaloa, o sea, si vengo de una descendencia muy fuerte», comentó.
Añadió que durante su niñez vivió junto a sus hermanos y su madre Doña Socorro en un cuarto que ésta última pagaba con mucho esfuerzo: «Cuando llega la oportunidad de que sea yo artista y de que pueda estudiar aunque no teníamos dinero y vivíamos en un cuarto de servicio y todo ese cuento, pues sí me dan la oportunidad de estudiar con el actor Andrés Soler”.
Castro también externó que pasó por momentos difíciles económicamente, por lo que su mamá trabajaba todo el día, iba a la Universidad y tenía otras ocupaciones para poder mantener a sus hijos, lo que generó que la actriz se convirtiera en una segunda madre para sus hermanos.
«Trabajaba mi mamá y nos dejaba encerrados hasta con llave para que no se fuera a salir ningún escuincle y yo tenía que hacerla prácticamente de mamá de mis hermanos, contó. Asimismo dijo que la cena en su hogar consistía en un bísquet con leche, alimentos que ella y sus hermanos esperaban ansiosamente.
Tras los complicados momentos, la oportunidad para que Verónica brillara llegó con una beca de actuación.
«Me dan la beca y ahí es donde empieza… A los 14 años, pues se me presenta este señor y le digo: ‘quiero ser artista, deme por favor la beca’ y me la dieron, entonces le digo: ‘quiero que sea mi padrino’, este señor pobrecito lo puse, es el licenciado Pedro Luis Bartilotti, que es un divino», dijo entre risas.