Alexis Massieu
El día de ayer la Iglesia Católica dedicó sus oraciones a los jóvenes adolescentes que han sido presa de la delincuencia, que se encuentran privados de la libertad, para que puedan volver pronto a sus hogares y reintegrarse a la sociedad, recordando a los fieles que no se puede servir a Dios y al dinero, que no hay criado que pueda servir a dos amos.
Fue el Padre Juan Francisco González, quien encabezó la misa en la Parroquia Santiago Apóstol, enviando el mensaje de la Diócesis de Saltillo a los asistentes, sobre el peligro del dinero y los bienes materiales, que forman parte de los satanes y las preocupaciones del hombre.
La palabra de Dios, señaló; condena el dinero cuando en vez de considerarlo un medio se le trata como un fin, poniendo en él, la mente, el corazón y la voluntad.
“El punto de partida para entender esa visión evangélica es tener en cuenta dos frases bíblicas, la primera, que Jesucristo siendo rico se hizo pobre para enriquecernos con su pobreza, y; que el origen de todos los males es el afán del dinero”, agregando el sacerdote que como esas, hay muchas otras frases en el libro sagrado.
“Amós, profeta de la justicia social, denunció como los ricos se aprovechaban de los pobres; que los buscan sólo para arruinarlos, disminuyen las medidas, aumentan los precios, alteran las balanzas, obligan al pobre a venderse, por un par de sandalias los compran, y les venden el salvado como trigo”.
Ante una situación tan injusta señaló el oficiante, Dios toma partido por el débil, algo que el mismo profeta señala, “no olvidaré jamás ninguna de estas acciones”, y el pueblo le responde, “el Señor levanta del polvo al desvalido y saca al indigente del estiércol”.
Llamó pese a la necesidad del hombre por los bienes de la tierra, a no divinizar el dinero, o colocarlo en primer lugar en nuestras vidas, a ser desprendidos de los bienes materiales y poner el corazón en aquello que dura para siempre, para toda la vida, y no dejar de orar por que las leyes humanas velen por los más pobres económicamente hablando y tener así una vida tranquila y en paz.