El Kremlin comenzó este viernes (23/09/22) a organizar votaciones en las zonas prorrusas al este y sur de Ucrania para decidir si pasan a formar parte de Rusia -que prepara el terreno para anexárselas-, en una fuerte escalada de la guerra.
¿POR QUÉ LOS REFERENDOS?
El Kremlin ya ha utilizado esta táctica. En 2014 efectuó una consulta convocada con celeridad en la región ucraniana de Crimea, que Occidente también rechazó al considerarla ilegal e ilegítima.
Moscú utilizó el referendo para justificar su anexión de esa península del Mar Negro, maniobra que la mayor parte de la comunidad internacional no reconoció.
El martes, autoridades de las regiones separatistas de Lugansk y Donetsk, que conforman el corazón industrial del este de Ucrania conocido como el Donbás, anunciaron súbitamente que los referendos para integrarse a Rusia comenzarían este viernes.
Funcionarios de las regiones de Jersón y Zaporiyia que están respaldados por Moscú también convocaron a la votación.
Estas decisiones siguieron a meses de señales contradictorias del Gobierno ruso y las autoridades separatistas sobre los referendos, las cuales reflejaban los cambios en el campo de batalla.
Durante el verano, cuando el Kremlin esperaba capturar velozmente toda la región del Donbás, funcionarios locales señalaron que las votaciones tendrían lugar en septiembre.
Los observadores aseguran que, al movilizarse rápidamente para anexar a Rusia los territorios capturados, el Kremlin espera poder obligar a Ucrania a que detenga su contraofensiva en el este y acepte la situación de las zonas ocupadas, o de lo contrario enfrente represalias devastadoras.
¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN ESAS REGIONES?
La votación de 2014 en Crimea se efectuó bajo la fuerte vigilancia de las fuerzas rusas poco después de que ocuparan la península, donde la mayor parte de los habitantes simpatizaban con Moscú.
Los separatistas que controlan grandes zonas del Donbás desde 2014 han exigido desde hace tiempo integrarse a Rusia y han mostrado poca tolerancia hacia los disidentes.
Cuando estalló la rebelión en la zona, los separatistas organizaron referendos rápidamente en los que la mayoría votó a favor de anexarse a Rusia, pero el Kremlin ignoró el resultado.
Ambas regiones se declararon independientes de Ucrania semanas después de la anexión de Crimea, lo que desencadenó una lucha que se ha extendido ocho años y que el Presidente Vladimir Putin utilizó de pretexto para lanzar una invasión en febrero con la que dijo pretendía proteger a los habitantes locales.
En las regiones del sur, ocupadas por soldados de Rusia desde los primeros días de la invasión, los sentimientos antirrusos son muy fuertes. Centenares de activistas pro-Kiev han sido arrestados y muchos dicen haber sido torturados. Otros fueron deportados, y decenas de miles huyeron.
Desde que las fuerzas rusas irrumpieron en la región de Jersón y parte de la región de Zaporiyia, las autoridades nombradas por Moscú en ambas zonas cancelaron las emisiones televisivas ucranianas y las sustituyeron con programación rusa.
Han entregado pasaportes rusos a los habitantes, introdujeron el rublo como moneda e incluso emitieron matrículas rusas para vehículos a fin de preparar la incorporación de esos territorios a Rusia.
Las administraciones nombradas por Moscú han sido atacadas con frecuencia por miembros del movimiento de resistencia ucraniano, que han asesinado a autoridades locales, colocado explosivos en centros de votación y otros edificios de Gobierno, y colaborado con el ejército ucraniano para que ataque infraestructura crucial.
¿ES LEGITIMA LA VOTACIÓN?
Los referendos de cinco días se efectuarán con la ausencia de observadores independientes y tienen amplio margen para amañar el resultado.
Cuando esta semana se anunció que se llevarían a cabo, Occidente cuestionó de inmediato su legitimidad. El Presidente estadounidense, Joe Biden, y el Canciller alemán, Olaf Scholz, las calificaron como farsas, y el Mandatario francés, Emmanuel Macron, dijo que carecían de consecuencias legales.
¿QUÉ RELACIÓN TIENEN CON LA MOVILIZACIÓN MILITAR DE RUSIA?
Un día después del anuncio de las votaciones, Putin ordenó una movilización parcial de reservistas para robustecer a sus fuerzas en Ucrania, y declaró que estaba dispuesto a utilizar armas nucleares para repeler cualquier ataque contra territorio ruso.
El Ministerio de Defensa señaló que la movilización —la primera de Rusia desde la Segunda Guerra Mundial— pretende reclutar a unos 300 mil reservistas con experiencia militar previa.
Sin embargo, los observadores destacaron que el decreto de Putin es lo suficientemente amplio para permitir que las Fuerzas Armadas aumenten su número de hombres en caso necesario. Según algunas versiones, el objetivo del Kremlin es conjuntar un millón de hombres, en conformidad con una parte secreta del decreto.
Desde hace tiempo el Kremlin había evitado adoptar una medida tan impopular, cauteloso de fomentar el descontento y erosionar la base de apoyo a Putin.
Con su contraofensiva más reciente, Ucrania puso al descubierto la incapacidad de Rusia para controlar la línea del frente de mil kilómetros con su actual fuerza limitada de voluntarios. Expertos militares aseguran que se requerirán meses para lograr que los reservistas convocados estén listos para combatir.
LA AMENAZA NUCLEAR DE PUTIN
Ante las dificultades que enfrenta para evitar nuevas derrotas humillantes, Putin manifestó el miércoles su disposición a utilizar armas nucleares a fin de proteger el territorio de su país, una categórica advertencia a Ucrania para que deje de llevar su ofensiva hasta las regiones que se preparan para formar parte de Rusia.
Los observadores consideran la amenaza de Putin un ultimátum real dirigido a Ucrania y sus aliados occidentales para que congelen el conflicto o de lo contrario enfrenten una posible escalada hacia un conflicto nuclear.
Aunque la doctrina militar rusa contempla el uso de armas atómicas en respuesta a un ataque nuclear o agresión con armas convencionales que “amenace la existencia misma del Estado”, la declaración de Putin redujo aún más el umbral para utilizarlas.
Dmitry Medvedev, subdirector del Consejo de Seguridad de Rusia presidido por Putin, amplificó el jueves la amenaza del Mandatario cuando señaló que, tras absorber a las cuatro regiones ucranianas, Moscú podría utilizar “cualquier arma rusa, incluidas armas nucleares estratégicas” para defenderlas.
Haber mencionado el uso de fuerzas nucleares estratégicas, que incluyen misiles balísticos intercontinentales y bombarderos de largo alcance, constituyó una advertencia de que Rusia podría atacar no sólo a Ucrania sino también a Estados Unidos y sus aliados con armas atómicas en caso de una escalada de la guerra.
El Presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, desestimó las amenazas rusas, considerándolas una simple bravuconería, y prometió liberar todos los territorios ocupados.