Pascal Beltrán del Río
Cuando la autoridad abraza la narcocultura
La mañana del domingo 18, la jefa de Gobierno capitalina Claudia Sheinbaum, posteó en sus redes sociales que unas horas después anunciaría “una sorpresa” a través de su cuenta de TikTok, la red social china que ha comenzado a ser terreno de batalla de las corcholatas rumbo al 2024.
Inmediatamente comenzó en Twitter la especulación sobre lo que daría a conocer la funcionaria: ¿Habría por fin justicia para las víctimas del derrumbe de la Línea 12 y el sismo de 2017? ¿Sustituiría a Mario Delgado en la dirigencia de Morena, que ese fin de semana celebraba su tercer congreso nacional?
Nada de eso. “¡Lo prometido es deuda!”, anunció. “El próximo 25 de septiembre Grupo Firme estará en el Zócalo de la Ciudad de México”.
Fundada en Tijuana, en 2014, la agrupación liderada por el culiacanense Eduin Oswaldo Parra Cázares —mejor conocido como Eduin Caz— ha sido premiada con el Grammy Latino 2021 a mejor álbum de música banda.
A principios de este año, apareció en internet un video en el que Parra Cázares canta Soy El Ratón, un narcocorrido de homenaje a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín El Chapo Guzmán.
El tema no es de Grupo Firme, sino de Código FN, banda originaria de El Tamarindo, Sinaloa. Ante el éxito que ha adquirido la canción, el líder de ese grupo, José Ernesto León, celebró en una entrevista que “todo mundo habla de ella, hasta los niños la cantan, no puede faltar en la pisteada”.
La interpretación de Eduin Caz corresponde a un palomazo, en una fiesta privada, a principios de este año. Ante la exigencia de los seguidores de que Grupo Firme grabe ese narcocorrido y hasta haga un video, el cantante aclaró en sus redes sociales, el 27 de enero, que eso no sería posible porque no es tema de ellos, sino de “mis amigos de Código”.
La letra comienza así: Guzmán de apellido es Ovidio / Su padre de niño / Le apodó El Ratón / Un jefe con mucho cerebro / Es hijo del Chapo / Aquel señorón.
Por lo visto, la polémica no importó para que a, casi tres años del Culiacanazo, el gobierno capitalino trajera a Grupo Firme para tocar en el Zócalo. En otra parte de la letra, la canción Soy El Ratón se mofa de lo sucedido el jueves 17 de octubre de 2019, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador —según su propia versión— ordenó que se liberara a Ovidio Guzmán, “por lo que pudiera haber sucedido ese día”: Agradezco a la plebada el jueves negro / Se rifaron por mi cuero / Con todos los del gobierno / Hay que seguir / Pa’ delante que la mata sigue dando / Y el Ratón se le peló de nuevo al gato / A’i nos vemos chavalada / La Chapiza sigue al mando”.
El concierto de Grupo Firme se celebró anoche, diez días después de que Los Tigres del Norte abrieran su propio concierto en el Zócalo, la noche del Grito, con su canción El jefe de jefes. Por cierto, Sheinbaum ha dicho que la tocada no costó nada al gobierno capitalino, aunque no aclaró si sí le costó al gobierno federal, sobre todo considerando que la Plaza de la Constitución es patrimonio nacional desde 1931.
Hay un debate sobre si los narcocorridos deben ser censurados. Durante su gestión como gobernador de Coahuila, el diputado priista Rubén Moreira dice en un libro que así se hizo y que es parte del éxito que ha tenido ese estado en reducir la violencia.
En todo caso, esas señales no debieran recibir el abrazo de las autoridades, invitando al Zócalo a quienes deciden ensalzar a los criminales. Es como si el alcalde de Washington DC patrocinara un concierto de Gangsta rap o el de Roma hiciera lo propio con Il Canto di Malavita, la banda sonora de la mafia.
Para quien diga que los narcocorridos son algo anodino o “expresión profunda del pueblo”, les recomiendo leer a mi compañero de páginas Jorge Fernández Menéndez, quien la semana pasada recordó que la guerra entre los hijos de El Chapo Guzmán y el llamado Mini Lic, ahijado del mismo narcotraficante, se debió a que “Los Chapitos consideraban que el corrido que le habían hecho al Mini Lic, como jefe de Los Ántrax, era mejor que el que les habían compuesto a ellos”.