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LAS POQUIANCHIS: LA OSCURA HISTORIA DE ABUSOS, CRÍMENES Y TRATA DE BLANCAS QUE MANCHÓ A MÉXICO EN LA DÉCADA DE LOS 60

LAS POQUIANCHIS: LA OSCURA HISTORIA DE ABUSOS, CRÍMENES Y TRATA DE BLANCAS QUE MANCHÓ A MÉXICO EN LA DÉCADA DE LOS 60

La historia de Las Poquianchis está llena de escándalos. Se calcula que mandaron matar a entre 90 y 150 personas, aproximadamente.

Muy Interesante

El caso de las hermanas González Valenzuela es mejor conocido en la nota roja nacional como la historia de “Las Poquianchis”. En su momento, el caso ganó tanta relevancia que recibió una cobertura total del famoso periódico sensacionalista Alarma. Por su parte, el autor mexicano Jorge Ibargüengoitia se inspiró en el caso para escribir su novela Las muertas, y el cineasta Felipe Cazals rodó una de sus películas más recordadas, la cual recrea la turbia historia de Las Poquianchis.

Todo explotó en el año de 1964, cuando se dio a conocer que cuatro hermanas, Delfina, María de Jesús, Carmen y María Luisa, de apellido González Valenzuela, se dedicaban al negocio de la trata de blancas (o prostitución). Sin embargo, la historia data de muchos años atrás.

Las hermanas reclutaban mediante engaños a las adolescentes y jóvenes que entraban a su servicio en zonas de marginación y pobreza absoluta de los estados de Querétaro y Guanajuato. Las jovencitas eran fáciles de convencer debido a su necesidad de encontrar un mejor medio de subsistencia.

A la par de las humillaciones a las que sometían a las jóvenes que obligaban a prostituirse, la historia de Las Poquianchis está llena de escándalos debido a los asesinatos que cometieron. Se calcula que mandaron matar a entre 90 y 150 personas.

Sus víctimas fueron de todo tipo: mujeres explotadasniños recién nacidos y hasta clientes, según las diversas fuentes que existen sobre el caso. Por ello es que a menudo se califica a Las Poquianchis como asesinas seriales, si bien este término es un tanto debatible, ya que ellas no partcipaban de manera directa en los crímenes y el móvil era más el escarnio o castigo que la sed de muerte sin motivo alguno.Las Poquianchis

Las hermanas nacieron en El Salto, Jalisco, en el seno de una familia disfuncional liderada por el matrimonio de Isidro Torres y Bernardina Valenzuela. Se sabe que su padre fue un policía del gobierno porfirista con severos problemas de alcoholismo. Ello lo llevó a maltratar a su familia.

También se rumora que este personaje obligó a sus hijas a contemplar la tortura de varios detenidos cuando apenas eran unas niñas.

Delfina era quien llevaba el liderazgo de las hermanas. También fue quien comenzó el negocio de los burdeles y las cantinas tanto en El Salto como en Lagos de Moreno, Jalisco. Carmen era la que hacía las labores de contabilidad, mientras que María de Jesús expandió el negocio a la ciudad de San Francisco del Rincón, Guanajuato.

Se dice que la idea de ganar dinero con estos negocios fue gracias a una amistad de Carmen, un delincuente que le enseñó cómo administrar estos sitios. Cuando los padres de las hermanas murieron, éstas invirtieron la herencia en esta forma de vida.

Por qué les decían Las Poquianchis

El famoso apodo de las hermanas tiene una historia curiosa detrás. Un conocido suyo, harto de que no le diera las ganancias que esperaba, traspasó su negocio a las hermanas. Este hombre era un joven travesti al que le decían La Poquianchi. Las hermanas rebautizaron el lugar como “La barca de oro” y comenzaron a ser conocidas con el apodo de su antiguo dueño.

Más allá del apodo con el que pasaron a la historia, hay que señalar que en este lugar y sus sucursales, las hermanas González Valenzuela actuaron con total impunidad durante más de 20 años. En ese periodo se dedicaron a engañar y prostituir a cientos de jovencitas a las que maltrataban y asesinaban, con ayuda de matones, sin que nadie las pudiera señalar.

Las Poquianchis en periódico Alarma

Diversas formas de morir a manos de las damas de negro

En su libro Enciclopedia del homicidio serial en México, el periodista Ricardo Ham también señala otras prácticas bastante siniestras de Las Poquianchis:

“Siempre vestidas de negro, Las Poquianchis obligaban a las niñas a prostituirse y participar en ritos satánicos donde incluso algunas eran forzadas a tener sexo con animales o eran violadas por cómplices de las hermanas que eran contratados expresamente para esas labores, o por algún burócrata de poca monta que amenazara con ejercer algún tipo de acción legal contra el tugurio”.

Cuando las mujeres rebasaban los 25 años de edad, los colaboradores masculinos de las hermanas terminaban asesinándolas. Otras se convirtieron en cómplices del negocio, funcionando como celadoras y participando en los homicidios.

Otra manera de morir era cuando las secuestradas no deseaban cumplir con los servicios sexuales que les imponían. En ese momento, recibían crueles golpizas por los servidores de las hermanas.

Las Poquianchis trata de blancas

Varias de ellas no murieron asesinadas sino por las pésimas condiciones de salud e higiene que reinaban en los tugurios. A las mujeres las alimentaban muy mal: apenas recibían raciones mínimas de agua, frijoles y tortillas.

Muchas de estas mujeres también murieron a causa de los abortos que se les practicaban en condiciones médicas infrahumanas.

Los cuerpos de todas las desafortunadas se enterraban en fosas clandestinas o en los mismos dormitorios donde atendían a los clientes.

La caída de Las Poquianchis

Fue hasta que una de las jovencitas logró escapar de uno de estos prostíbulos y denunciar el caso a las autoridades, cuando éstas descubrieron lo que Las Poquianchis hacían de manera clandestina.

A pesar de que muchas de esas autoridades sabían lo que pasaba en los prostíbulos (lo sabían porque incluso eran asiduos visitantes), no tuvieron más opción que ceder a la presión pública y detener a las hermanas y sus decenas de cómplices.

Fue el 14 de enero de 1964 cuando las autoridades se presentaron en una de las propiedades de Las Poquianchis para comenzar a desenterrar una de las historias criminales más escandalosas en la historia de México.

Fotograma de la película "Las Poquianchis", de Felipe Cazals
Fotograma de la película “Las Poquianchis”, de Felipe Cazals

En esta propiedad se encontraron cerca de 80 mujeres11 hombres y varios fetos. Pese a que se encontraron 91 cuerpos sin vida, las hermanas solo fueron inculpadas por 17 crímenes comprobados y 10 probables. Igualmente se les acusó por secuestro, violación, corrupción de menores, asociación delictuosa e inhumación clandestina.

Ello las llevó a ser condenadas a 40 años de prisión y a resarcir los daños de manera económica a las familias de las muertas.

La historia de La Poquianchis es una de muchas donde se exhibe la corrupción que impera en México y la falta de oportunidades laborales en las zonas más marginadas del país.

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