El ex Presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que busca volver al poder, descartó este martes que aspire a gobernar por dos períodos de cuatro años como hizo en el pasado.
“He dicho una cosa que políticamente no es prudente decir, pero todos saben que tengo cuatro años para hacer todo esto, todo el mundo sabe que un ciudadano con 81 años no puede querer la reelección”, aseguró Lula en un encuentro con la sociedad civil transmitido por redes sociales a cinco días de los comicios generales en Brasil (2 de octubre).
“La naturaleza es implacable”.
Lula, que gobernó Brasil por dos mandatos entre 2003 y 2010, dejó el poder con una aprobación superior al 80 por ciento, y ahora es favorito para ganar por tercera vez la Presidencia ante su actual ocupante, el ultraderechista Jair Bolsonaro.
Según el último sondeo de Datafolha, el izquierdista reúne 47 por ciento de las intenciones de voto, frente a 33 por ciento de Bolsonaro, y podría vencer en primera vuelta el domingo si consigue más del 50 por ciento de los sufragios válidos (descontando nulos o en blanco).
“Necesito de ustedes para que podamos derrotar a nuestro adversario y gobernar bien este país. Vamos a dar el alma por este país para garantizar que todo el mundo pueda tomar desayuno, almuerzo y cena”. dijo.
Lula volvió al ruedo político tras un año y siete meses en prisión y con su imagen salpicada por el escándalo de corrupción Lava Jato, sobre una gigantesca red de sobornos en torno a la petrolera paraestatal Petrobras.
RECONOCERÁ EU RESULTADOS
Lula da Silva también señaló que fue informado por Estados Unidos de que la Casa Blanca tiene previsto reconocer el resultado de las elecciones el primer día después de la votación.
“Estados Unidos está preocupado, quiere reconocer el resultado el primer día”, dijo en un acto de campaña.
La semana pasada, dos fuentes dijeron a Reuters que diplomáticos estadounidenses habían asegurado a Lula que reconocerían rápidamente al ganador de la votación, buscando evitar cualquier intento de impugnar un resultado legítimo o sembrar el caos tras los comicios.
Los críticos temen que Bolsonaro siga el ejemplo del ex Presidente estadounidense Donald Trump y se niegue a aceptar una derrota electoral.