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Revira General: no fuimos omisos en Iguala

Revira General: no fuimos omisos en Iguala

El General Brigadier José Rodríguez Pérez, ex comandante del 27 Batallón de Infantería aseguró que el Ejército nunca fue omiso durante la noche en que fueron desaparecidos los 43 normalistas de Ayotzinapa, a pesar de que no le correspondían las labores de la policía.

El mando castrense hoy preso en el Campo Militar Número 1 rindió tres testimonios ante la FGR en los que relata lo ocurrido aquella noche del 26 de septiembre de 2014.

Asegura que envió a varios militares a verificar información de los incidentes y al hospital donde decían que estaban heridos algunos de los estudiantes.

«No existe motivo o justificación legal para que el personal militar haya tenido que intervenir en esos hechos, puesto que no observó la comisión flagrante de un delito, lo que vio fue a las autoridades competentes ejerciendo sus legítimas facultades, incluso el Cabo Ezequiel Carrera Rifas no le constan los hechos, él los reportó porque lo escuchó de la gente, que los estudiantes estaban agrediendo a los policías en la calle Hermenegildo Galeana, porque se querían llevar tres autobuses y que los policías dispararon al aire; eso nos puede dar una clara idea que los estudiantes normalistas estaban en una actitud francamente hostil, es humanamente imposible imaginar que con posterioridad dichos detenidos iban a ser víctimas de los delitos que se investigan», dijo.

«Por otra parte, también quiero resaltar que en el ámbito de mis facultades, insisto, los militares no debemos ejercer funciones de policía, pero ante la situación que estaba ocurriendo no me quedé pasivo puede observarse claramente que en ningún momento existió omisión de parte del personal militar».

El militar rindió declaración en la FGR el 2 de marzo de 2015 y el 17 de agosto y 22 de septiembre de 2017.

Testimonios

El General José Rodríguez Pérez, entonces comandante del 27 Batallón de Infantería, relata que la noche del 26 de septiembre de 2014 el teniente de Infantería Joel Gálvez Santos, comisionado en el C4, fue quien le dio la primera noticia de los hechos que estaban ocurriendo en Iguala,

A las 19:30 horas, Gálvez le reportó que un grupo de normalistas de Ayotzinapa estaban en la caseta de cobro de la salida del Puente de Ixtla.

Poco después le actualiza la información: los estudiantes se desplazaron sobre la calle Hermenegildo Galeana y en la calle Hermenegildo Galiana y Melchor Ocampo luego se suscitó un enfrentamiento de los manifestantes con la Policía municipal.

«Lo que me consta es lo que ya he declarado, en el sentido que los estudiantes normalistas habían tomado camiones y se encontraban realizando disturbios, por lo que estaban tratando de ser contenidos por elementos de la Policía Municipal de Iguala e incluso la actitud de los normalistas era de agresividad, motivo por el cual los policías municipales los estaban deteniendo», recuerda.

«Ahora bien, si los estudiantes estaban presentando una resistencia grave para ser detenidos, es evidente que las autoridades de seguridad pública tuvieron tuvieron que hacer uso de la fuerza, ese es el contexto de los hechos que me fueron reportados».

El General cuenta que enseguida fue informado que los autobuses con los estudiantes circularon sobre la calle Juan N. Álvarez y que al llegar a la esquina con Periférico Norte volvieron a ser interceptados por policías municipales, colocándoles las patrullas adelante y atrás de los camiones.

«Después, aproximadamente como a las 10:00 de la noche, me informa que los policías municipales tenían otro autobús detenido con estudiantes sobre la carretera Iguala-Chilpancingo después de esto yo hablo con el director de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Vázquez, a quien le pregunto si tenía problemas con los estudiantes o si sabía de algún problema. Él me contesta que no, que no tiene ningún problema y que sus policías se encuentran en los filtros o puestos de revisión que tenían establecidos los policías municipales de iguala a las entradas y salidas de la ciudad».

En esa conversación, Flores le dijo que tenía todo controlado y le negó que hubieran disparos.

Rodríguez también llamó por teléfono a José Adame Bautista, coordinador operativo de la Policía Estatal en la Zona Norte, quien le dijo que «su personal no asistiría a prestar apoyo a la Policía Municipal de Iguala, a menos que recibiera órdenes».

De acuerdo con su testimonio, a los oficiales del Ejército no les consta que aquella noche haya habido agresiones y disparos contra los normalistas, sólo recabaron testimonios de los ciudadanos en ese sentido.

«El soldado Eduardo Mota Esquivel lo que él observó a distancia (es) que los policías realizaban maniobras de detención, por lo cual no procedí a girar instrucciones al respecto, puesto que no son hechos de mi competencia, aunado a la propia autoridad en ejercicio de sus funciones ya estaba actuando», declaró.

Entre las 23:00 y 23:30 horas, el Teniente Gálvez avisa al entonces a Rodríguez que habían ingresado algunas personas heridas por arma de fuego al Hospital Cristina. De inmediato, dice el General, ordenó al Teniente de Infantería Roberto Vázquez Hernández acudir a verificar la información.

Una de las contradicciones del General es que en su testimonio del 22 de septiembre de 2017 dice que envió a Vázquez al hospital a las 22:30 horas, antes de recibir el aviso.

Cuando Vázquez regresó al batallón, 30 minutos después, le informó al General que sí habían entrado 3 heridos de bala al nosocomio.

En ese preciso instante, el comandante del batallón fue informado que un grupo de civiles armados disparó contra vehículos que circulaban en la carretera Iguala-Chilpancingo, a la altura de la desviación a Santa Teresa. Entre los atacados, estaba el autobús en el que viajaba el equipo de futbol Avispones de Chilpancingo.

Fue en ese momento cuando ordenó al Teniente Vázquez, quien acababa de llegar del hospital, que saliera nuevamente a verificar dicha información.

A la media noche, cuando el teniente iba de salida, llegaron a las instalaciones del batallón unas personas que habían sido atacadas en ese punto de la carretera y pedían ayuda para sus compañeros del equipo de futbol.

Al llegar al cruce carretero, el Teniente Vázquez le llamó al General para informarle que había dos vehículos particulares, al parecer taxis, y el autobús de los Avispones, todos ellos baleados. Sobre la carretera, había una mujer fallecida y en el interior del camión el chofer estaba herido.

Rodríguez dice que al recibir este reporte ordenó a Vázquez resguardar a las personas, dándole los primeros auxilios, y luego instruyó organizar una Fuerza de Reacción, al mando del Capitán José Martínez Crespo.

Era el segundo grupo que esa noche instruyó a que saliera, fueron dos camionetas y un vehículo Sandcat del Ejército cuya primera instrucción era acercarse a la salida de Chilpancingo.

Sin embargo, cuando iba en camino, el Teniente Gálvez reportó desde el C4 que unos sujetos armados entraron al Hospital Cristina.
Por ello el General ordenó al Capitán que se dirigiera al nosocomio. En el trayecto, Martínez Crespo le comunicó a jefe del batallón que sobre Periférico Norte y Juan N. Álvarez habían dos personas tiradas sobre el pavimento.

Al llegar a la clínica, el Capitán le reportó que estaban 25 normalistas y que uno de ellos estaba herido de bala en el labio superior. Los estudiantes le dijeron al Capitán que los cuerpos que vio tirados en el camino eran de sus compañeros.

El General asegura que al ser enterado de lo anterior, instruyó a Martínez Crespo verificar esa información. Al llegar al sitio, el Capitán no halló ningún cuerpo. Por eso el jefe del batallón le ordenó regresar a la clínica «a fin de resguardar a los estudiantes».

«Al llegar me informa que no encontró ningún estudiante y fue informado por un médico que se encontraba en el lugar que en ese momento no le proporcionó su nombre, que los estudiantes habían abandonado el hospital en el momento que los militares habían salido del lugar y el muchacho que estaba herido se lo llevó otro compañero en un taxi, esto fue lo que les informó el médico del hospital, por lo que le ordeno el Capitán Crespo que regrese a donde se encontraban los cuerpos y permanezcas dando seguridad al lugar».

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