Por Yuriria Sierra
Doce días
Actualmente, nuestro país es uno de los que registran más horas de trabajo por persona.
Es una buena noticia, sin duda. México es el país en donde más se trabaja por jornada, pero también en el que sus trabajadores casi no descansan.
El Senado está por concretar una de las victorias laborales más importantes en los últimos años. Actualmente, nuestro país ofrece apenas seis días de vacaciones tras doce meses consecutivos de trabajo en un mismo lugar, tratándose del sector público. Esto lo coloca sólo por encima de China y Nueva Guinea, que otorgan cinco. Estados Unidos y Japón, dan diez, pero en Francia, Finlandia, Cuba, Perú y Panamá el mínimo es 30 días, a los que se les suman los respectivos asuetos.
Con la reforma, las y los trabajadores en México sumarán dos días de vacaciones por año, durante los primeros cinco años de trabajo, hasta llegar a 20 días. A partir del décimo, sumarán dos días cada periodo de cuatro años. En el caso de los menores de 18 años, la iniciativa busca que su periodo vacacional mínimo anual pase de 18 a 24 días.
Además, la iniciativa también contempla modificaciones respecto a la incapacidad por paternidad y la reducción de la jornada laboral.
Para el permiso de paternidad, propone que el descanso pagado tras el nacimiento de un hijo pase de cinco a 20 días, tanto para la madre como el padre.
Sobre la jornada laboral, sugiere que pase a siete horas durante el turno diurno, a seis en el nocturno, y seis y media si es mixto.
Actualmente, nuestro país es uno de los que registran más horas de trabajo por persona. Un promedio de más de dos mil 100 por año. En países como Suecia, alcanzan menos de mil 500.
Entre los varios aprendizajes que dejó la pandemia de covid-19, entendimos que las “horas nalga” jamás serán sinónimo de productividad.
Insisto, ésta es una gran noticia, doce días de vacaciones.
Un avance que abona a mejorar las condiciones de trabajo en nuestro país. Aunque lo mejor es que no hubiera diferencia entre el sector público y privado, políticas laborales homologadas para apelar a un terreno mucho más justo para quienes son la mano de obra en todas direcciones. Mientras no se haga esta homologación, las condiciones laborales de unos y de otros, vamos a seguir en las mismas condiciones, como siempre.
México tiene mucho que aprender aún en materia laboral, pero esta propuesta desde luego que alimentará ese debate, comencemos a hablar de la forma en que se entiende y transita por este terreno: homologuemos prestaciones para ambos sectores, acabemos con la brechas salariales en cuestión de género, quitemos los techos de cristal, aseguremos la inclusión desde elementos tan básicos como la infraestructura.
Que los generadores de empleo sean también un aliado para el desarrollo de quienes les dan su talento y que son parte importantísima del ritmo y progreso de un país.