Por Yuriria Sierra
El temerario
En las fronteras rusas, las filas son largas. Desde que Vladimir Putin llamó a los hombres de su país a que se sumen a la invasión a Ucrania, no han cesado los escapes. Tanto que el mismo Kremlin anunció una pena de 10 años a quienes no respondan al reclutamiento con el que pretende robustecer sus tropas con 300 mil nuevos soldados.
La guerra que Putin inició se le está yendo de las manos y con el paso de los meses desde aquel 24 de febrero en que inició la embestida militar, el descontento que existe entre sus ciudadanos de seguir con la operación se ha revelado.
Más de 200 mil ciudadanos rusos han cruzado las fronteras con Finlandia, Polonia, Georgia y otros países con los que Rusia comparte frontera. Y a pesar de lo que dicen desde Moscú, ayer la ONU desconoció también la adhesión de territorios ucranianos como parte del mapa ruso.
Putin se aferra a que su operación es exitosa, pero las señales dicen otra cosa.
Hace un par de días, The New York Times reveló una investigación a partir de audios de soldados rusos que se comunican con sus familias. En las llamadas, cuentan lo mal que va a su invasión, afirman que están perdiendo la guerra, que Putin es un necio.
Al tiempo en que estas conversaciones se hacían públicas, reapareció Angela Merkel. Según reportaron medios de su país, lejos de los protocolos y de los cuidados propios de un personaje de ese nivel, la excanciller habló sin reparo de Vladimir Putin. Respaldada por su experiencia por los múltiples encuentros que tuvo con el presidente ruso mientras estuvo al frente del gobierno de Alemania, afirmó: “Tomar las palabras en serio, no descartarlas desde el principio, son sólo un farol, pero tratarlas con seriedad no es de ninguna manera una señal de debilidad o apaciguamiento, sino una señal de sabiduría política…”.
Y es que recordemos que cuando Putin llamó a reunir 300 mil nuevos integrantes de las tropas rusas para avanzar en la invasión a Ucrania, el mandatario fue tajante, duro, amenazante y pendenciero contra occidente. Advirtió que así como grandes potencias cuentan con armas nucleares, Rusia también posee un arsenal que no le pide nada a sus enemigos, por el contrario. Señaló que ninguna de sus palabras debía tomarse a la ligera, que no era un engaño, que Rusia estaba lista para responder ataques a cualquier escala.
Y aun con sus ciudadanos huyendo de Rusia y con los soldados hablando de derrotas, el presidente ruso afirmó que todo se trata de una provocación que llevaría a un baño de sangre. Esto respondió horas después de los audios difundidos por The New York Times.
Vaya amenaza que, como dice Merkel, no deberíamos tomar a la ligera, porque un líder que se niega a reconocer un error, es capaz de todo por acomodar la realidad a su favor.