A la falta de agua que está frenando la construcción de casas en algunos estados del País, como Nuevo León, se le sumó ahora la escasez en el suministro de electricidad, denunció la Cámara Nacional de la Industria de Desarrollo y Promoción de la Vivienda (Canadevi).
Tales son los casos de Colima, Baja California y Yucatán, detalló Luis Alberto Gómez Monroy, presidente de la Cámara.
Indicó que debido a esos y otros factores, en el 2022 la producción de casas a nivel nacional caerá 20 por ciento, a 131 mil 202 viviendas, 32 mil 800 menos que en el 2021.
Esa pérdida de hogares equivale a la producción de casas que el año pasado sumaron 18 entidades, principalmente del centro y sur del País, según se desprende de las cifras recopiladas por el Registro Único de Vivienda (RUV).
Sólo de enero a agosto pasados, la edificación total de casas acumuló una baja anual de 17 por ciento; una de 21 por ciento en las del segmento económico, con valor menor a 600 mil pesos, y una de 55 por ciento en la inscripción de nuevos proyectos de hogares, detallan los datos del RUV.
“No está siendo suficiente la parte de la energía eléctrica y en zonas ya muy bien identificadas como por ejemplo Colima; Baja California, en la parte de Tijuana y Rosarito, y en la Península de Yucatán hay problemas de energía”, advirtió Gómez Monroy en entrevista.
“Eso y la combinación de varios factores va a llevar que este año cerremos con un 20 por ciento menos de producción de casas que el año pasado”.
El presidente de la Canadevi añadió que la excesiva y compleja tramitología para obtener permisos de construcción también está frenando la actividad del sector, así como la complejidad de encontrar la tierra propicia para los procesos de producción y venta de vivienda.
“Todo lo que se llama tramitología se ha vuelto más complicado. Hay estados que se tardan, como Chiapas, mil 500 días (50 meses) para obtener una licencia de construcción y el promedio nacional anda en 14 meses (420 días)”, acusó.
De acuerdo con el RUV, el año pasado en Chiapas fueron construidas sólo 816 casas, la cifra más baja desde el 2013, último dato del que hay registro.
Y de enero a agosto de este año, sólo se construyeron 212 viviendas, un desplome anual de 58 por ciento y el volumen más bajo para un periodo igual desde que hay registros.
Gómez Monroy refirió que el encarecimiento de materiales; el alza de las tasas de interés de los créditos; el limitado monto de financiamiento de los derechohabientes del Infonavit (ticket promedio), principalmente los de menores salarios, y hasta el modelo de otorgamiento (originación) de créditos de este Instituto son otras de las razones por las que los desarrolladores están frenando su producción.
Adelantó que por instrucciones del Consejo de Administración del Infonavit, en estos días el Instituto revisará su modelo de originación de créditos con el fin de evitar que sus parámetros de evaluación traben el otorgamiento de hipotecas.
“Hemos puesto en la mesa que hay factores que no deben considerarse en ese modelo de originación, pues afectan el puntaje del derechohabiente, como el municipio, el giro del empleador o si el patrón le paga o no la cuota al Infonavit”, indicó.
