Alexis Massieu
De la mano de Dios y desde hace 40 años, cada mañana Rosa María Vázquez y su esposo Margarito Medina salen de casa para abrir su negocio y ofrecer tacos y lonches mañaneros a los obreros, y estando conscientes de que deben emparejarse con sus sueldos, venden 5 tacos por 25 pesos, los más baratos en todo Monclova.
Rosa María Vázquez se levanta a las cinco de la mañana para hacer las tortillas para los tacos que más tarde van a vender, hace sus propias tortillas, explica, porque de comprarlas tendrían que vender más caro.
“En las tortillerías a un kilo de harina le sacan de 65 a 70 tortillas, y yo le saco un poco más”, reveló, cual uno de sus secretos quien en medio de la entrevista continúa sirviéndole a sus clientes y tomando los pedidos.
Además de hacer sus propias tortillas, explica que para combatir la inflación generalizada en los precios, emplea algunos trucos en la cocina, y un ejemplo es cuando al elaborar los guisos como el picadillo, si está muy cara la papa le pone también zanahoria, buscando los mejores precios.
En la Taquería Diosito, para vender barato con todo y la inflación, explicó, venden comida económica, “tacos a base de frijolitos, papita y huevito, tacos mañaneros, cosas baratas para dar barato, aquí pasan muchos trabajadores para llevarse lonche”, señala Rosa María mientras le piden otros 5 ¡surtiditos!
Muchos de sus clientes, refiere, acuden a diario por sus tacos o su lonche, desde hace 20 y tantos años y no más, porque antes tenían su local afuera del Seguro Social.
Rosa María y Margarito Alberto son creyentes católicos, y ante la pregunta de si se podrán mantener los precios con tanto aumento, piensan que es posible que para el próximo año suceda, que se dé un incremento de algunos pesos, pero van a mantenerlos mientras Dios se los permita.
SIEMPRE HAN TRABAJADO ASÍ
“¡Ya suban el precio!” les dijo un cliente que fue a comer ayer por la mañana; “sí mi hermano, usted está muy bien, pero la demás gente no, vamos viendo, lo estamos pensando si acá le subimos poquitos pesos, no tenemos avaricia”, señaló Margarito Alberto Medina. “No venimos pensando en cuánto vamos a sacar sino en lo que Dios nos quiera dar…”, agregó.
“Somos conscientes que tenemos que emparejarnos con los salarios de la gente, esta es una zona donde los sueldos no son muy altos, si damos a 10 pesos el taco, por 5 ya son 50 pesos; y si el cliente va a llevar lonche todos los días se va a gastar 300 pesos por semana, y si le pagan mil 300, ya se quedó con mil, pensamos en eso para no lastimar a las familias y nosotros… seguimos viviendo”.
Sus clientes, explica, son gente agradecida de que busquen mantener los precios, muchos son trabajadores que tienen un sueldo mínimo que van a las empresas que se encuentran sobre el libramiento Carlos Salinas de Gortari.
“Siempre hemos sido comerciantes y parte de lo que nos hace seguir con los precios es, por una parte, que vender a precio económico implica que no dejas de vender y ahí te mantienes, sin necesidad de dar tan caro, se compensa, siempre hemos trabajado así y hemos salido adelante desde hace 40 años, para ayudar a la gente y que ellos nos ayuden”.
Los trabajadores, cuenta, pasan y llegan en montón, piden lonches para llevar y ya no los ven como clientes, los ven como parte de la familia: “me da mucho gusto servirles, a la gente que va de paso y no trae dinero, les hablamos, les servimos, les invitamos un taco”.
“No estamos nomás queriendo ganar, sino también ayudar, pasa gente a los que ves sucios y con hambre – ¿qué pasó, cómo andas, tienes hambre, te echas un taco? – este día no te vamos a invitar nosotros, te va a invitar Dios, les ofreces soda o café, y se van contentos, a veces hay quienes se ponen a llorar, ¿cómo vas a llorar por algo que Dios te regala?, dele gracias a Dios”.
HASTA QUE DIOS QUIERA
“Hasta donde Dios nos lo permita, vamos a seguir vendiendo económico, este es nuestro negocio y es nuestra vida, hasta que Dios nos deje, ahorita ya le están entrando los nietos, unos estudian y de aquí se van a la escuela, así nos mantenemos la familia y estamos agradecidos con la gente”, señala Margarito, quien es originario de Cuatro Ciénegas y llegó muy joven a trabajar en Altos Hornos.
Su esposa es de aquí, de la Zona Centro, aunque desde hace mucho viven en Estancias donde ahora instalan su puesto a la altura del entronque de la carretera 57 y el Libramiento Carlos Salinas de Gortari.
Margarito Alberto Medina y Rosa María Vázquez se casaron siendo muy jóvenes, el con 16 años de edad y ella con 15, tienen 17 nietos y 4 bisnietos, y durante mucho tiempo combinaron sus ingresos teniendo su puesto de comida y el trabajo de él en la Planta 2 de AHMSA.
“La idea es que no se estanquen en lo mismo que nosotros, que salgan adelante, pero si tienen necesidad se vienen a trabajar, y lo que les falte aquí lo sacan”, señaló Margarito sobre la Taquería Diosito que es el negocio familiar y el futuro de su descendencia.
“Aquí almorzamos, y a veces comemos cuando ya nos vamos”.