Por Yuriria Sierra
República maniquea
Buenos, buenos, buenos y malos, malos, malos. El pueblo bueno y los villanos de “élite”. Ésta es la narrativa a la que le han apostado en Palacio Nacional. Si se está de su lado, cualquiera se convierte en un cúmulo de virtudes, pero si se osa cuestionar, entonces el baño llega en forma de defectos y “pecados”. En cuestión de debate y conversación la línea es la misma, no dan posibilidad de diálogo, la postura debe ser íntegra para el movimiento o, de lo contrario, el nombre del interlocutor o interlocutora se coloca en la larga lista de enemigos. Esto lo hemos visto desde hace casi cuatro años. Aun así, la audacia da para expresiones como ésta: “es un proceso de transformación y que tenemos que buscar que se dé en completa libertad, sin confrontación, de manera pacífica. Hacer a un lado la hipocresía, hablar con la verdad…”, según dijo ayer Andrés Manuel López Obrador. Lo afirmó cuando fue cuestionado sobre la agresión de la que fue víctima Denise Dresser durante la marcha del 2 de octubre el domingo pasado, cuando jóvenes, claramente obradoristas, la insultaron y corrieron de la movilización. Ella, politóloga y analista desde hace varios años, que lo mismo fue voz activa y crítica en los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, ha resistido todos los intentos de desprestigio de que ha sido objeto. Gracias a voces como ella, el poder y los personajes que lo ostentan, se han topado con cuestionamientos necesarios para mantener la salud democrática de nuestro país. Pero lo que dijo el Presidente, su rechazo a condenar la agresión, sin duda alimenta la polarización, que poco ha servido para direccionar el rumbo del país. Un cheque en blanco. México no es un país de buenos, buenos, buenos y malos, malos, malos, como se empeñan en contarlo.
El doble rasero con el que se afirma la libertad de expresión y manifestación, queda en evidencia cuando se considera una ofensa sólo cuando el blanco es parte del movimiento, pero se justifica cuando la víctima es una poderosa voz crítica.
Hace unos días escribimos aquí sobre las condiciones en que las mujeres iraníes han salido a protestar por la muerte de Masha Amini, el presidente de Irán ha dicho que en su país hay libertad de expresión y protesta, pero hasta ayer, más de 90 personas han muerto en las movilizaciones que iniciaron el 17 de septiembre.
Libertad de protesta: previo a las movilizaciones por el Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro, esa maravillosa libertad de expresión, libre de hipocresías que presumen en la 4T, tuvo como escenario un Palacio Nacional tapiado, rodeado de vallas de más de dos metros de altura; pero es que las mujeres son adversarias, conservadoras.
ADDENDUM
En Palacio Nacional, más que sugerir con tanta frecuencia y vehemencia que los periodistas y analistas deberían “portarse bien”, más tendrían que poner ojo en la forma en cómo se manejan sus diputados, diputadas y diputades. Muchos activistas de la comunidad LGBTQ+ consideraron que los recientes posteos de la diputada María Clemente García lamentablemente, lejos de ayudar a su comunidad, la perjudican, “Si legislaras así (con las mismas ganas), por nuestros derechos”…