A pesar de la basura acumulada, las presas reguladoras de Álvaro Obregón y Miguel Hidalgo pueden ofrecer agua potable, plantearon especialistas.
Hay tecnologías adecuadas para potabilizar el caudal almacenado en las presas, que ahora termina en el drenaje, explicó Ana Elisa Silva, investigadora de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
“Queremos aprovechar que ya hay un punto físico en donde se reúne el agua de lluvia, que cae en estos ríos, en estas cañadas, para poner aquí plantas potabilizadoras”, indicó.
Un equipo de expertos analizó esta posibilidad, aun cuando la basura llega a cubrir por el completo el espejo de agua de las presas Tacubaya, Becerra, Mixcoac, Tarango y Texcalatlaco.
“Nuestra propuesta es construir plantas potabilizadoras que funcionen en la temporada de lluvias”, apuntó Silva.
De mayo a octubre podrían aprovecharse hasta 500 litros por segundo, con módulos de potabilización de diferentes tamaños distribuidos en las presas.
“Es decir tener en Becerra dos módulos de 100 litros por segundo, iniciar en mayo el tratamiento, no de la primera lluvia, que sabemos es muy sucia”, mencionó Silva.
Los sistemas de tratamiento incluyen sanear las descargas de aguas negras arrojadas por fraccionamientos residenciales y colonias populares.
Más allá de la potabilización convencional, explicó, se requiere un tren de tratamiento que integre ozonizar, aplicar carbón activado y desinfectar con cloro.
Hasta ahora, las presas sólo tienen la función de retener la lluvia, con tal de evitar que saturen la red de drenaje y causen inundaciones, expuso Silva.
Recuperar ríos entubados
Óscar Monroy, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), planteó que la propuesta cambia el esquema por el que el agua de los 25 ríos de la Ciudad, ahora entubados, va al drenaje.
En el lago Xico-Tláhuac ya comenzó a trabajarse un programa de obras para colectar el agua de lluvia, sanearla, potabilizar una parte y depurar otra destinada al riego agrícola.
“Si hacemos esto podemos reducir la extracción y la cantidad que traemos de los ríos externos, basándonos nada más en el reciclado del agua y en captar más lluvia.
“Esto tiene que ir acompañado con reducir las pérdidas en la red, porque ahí se nos va el equivalente a lo que llega por el Sistema Cutzamala“, puntualizó el investigador.
Además de que el agua de las presas del poniente es canalizada hacia el drenaje, en tormentas intensas el volumen forma encharcamientos en los cruceros con Periférico, concluyeron los especialistas.
Actualmente, esas presas están contaminadas por desechos que arrojan vecinos.