Por Carlos Ornelas
“El SNTE es el ejército intelectual de la 4T”, dijo Alfonso Cepeda Salas hace unos meses; esta semana fraseó: “El sindicato siempre ha sido el ejército intelectual del Estado mexicano”. El 3 y 4 de octubre, Arturo Cano publicó en La Jornada una entrevista al líder del SNTE. Parecía que tomaba distancia de la SEP.
Expresó: “La mal llamada reforma educativa fue corregida y aumentada cuando fue revisada en el inicio de este sexenio. Es cierto que se eliminó la palabra ‘permanencia’, pero fue lo único, lo demás quedó idéntico”.
Se fue duro contra la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y (los) Maestros y los frenos que destina a la promoción horizontal (incentivos). Censura que el gobierno destine un presupuesto bajo a la educación.
Cano no le hizo una entrevista a modo, fue incisivo, aunque no logró que hiciera un pronunciamiento sobre Elba Esther Gordillo, más allá de que ella es el pasado. En otra parte, Cano preguntó a Cepeda Salas: “Entonces, ¿coincide con la CNTE en que la reforma de 2019 fue más de lo mismo?”
La respuesta fue categórica: “Sí. Y la verdad yo les reclamo a los compañeros de la Coordinadora, les digo: ‘Ustedes tenían 40 diputados federales, 40 en la legislatura anterior y no pelearon a fondo’ ”.
El SNTE y la CNTE lograron la basificación de 700 mil maestros interinos, una demanda añeja. Acaso Cepeda Salas calcule que ya no podrá conseguir mucho más por la vía de la negociación y por eso se avienta a criticar al gobierno, aunque no al presidente López Obrador.
Las palabras recientes de Cepeda Salas contrastan con las que pronunció en el festejo por el triunfo de AMLO: “En el segundo aniversario del triunfo del licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente de los mexicanos, refrendamos nuestro respaldo al proyecto de transformación que encabeza”. Sin matices, se mostró como soldado fiel de la 4T.
Y dijo más, como facsímil de la narrativa presidencial: “La transformación nacional avanza, aún con las resistencias y amenazas de los intereses que fueron beneficiarios del viejo régimen político y del anterior modelo económico, que buscan minar el apoyo popular al Presidente de la República y la confianza en el país” (pronunciamiento del SNTE, 2 de julio de 2020).
Me preguntó qué mueve a Cepeda Salas a tomar distancia. No pienso por un solo momento que vaya a romper con la 4T, menos con el presidente López Obrador, pero sí que pondrá más presión en la SEP y al Congreso. Quiere cambiar las reglas de la Usicamm —al igual que la mayoría de los maestros— porque, según ellos, resultó más perversa que el Servicio Profesional Docente.
O, tal vez, para avanzar en la recolonización del gobierno del sistema educativo mexicano; mira al futuro. En las elecciones del sindicato ganan sus planillas y acomoda cuadros sindicales en las subsecretarías estatales que tienen que ver con la educación básica.
Son tiros aislados, no forman un discurso consistente. Sin embargo, Cepeda Salas trae plan, pienso.