través de una pantalla cristal que proyectó su imagen en tiempo real desde su casa en Sausalito, California, Isabel Allende desnudó ayer su escritura ante los lectores regiomontanos que la veían y escuchaban en una sala de Cintermex, en la FIL Monterrey 2022.
Fue una sesión de casi una hora en la que la idea de estar frente a un frío holograma pasó a segundo plano frente a la serenidad, sencillez y honestidad de la escritora chilena de 80 años, aclamada por millones de lectores en el mundo.
Aunque lleva décadas viviendo en Estados Unidos, Isabel Allende confesó que no puede escribir ficción en inglés.
«La ficción sale de aquí, sale del vientre. Es como rezar, contar, es como hacer el amor. Imagínate, me sentiría ridícula jadeando en inglés, así que todo eso sale en español».
Recordó que antes de La Casa de los Espíritus, su primera novela, la que está por cumplir 40 años de publicada, no sabía nada de crítica literaria, pero tal inocencia le salvó la vida.
«La Casa de los Espíritus es sin duda el libro más importante, porque fue el primero, cuando yo tenía una sensación de que mi vida era un fracaso, que no iba a ninguna parte, que iba a cumplir 40 años en el exilio, con una vida mediocre, con un matrimonio que se estaba desarmando», relató.
La autora fue entrevistada por Marcela Beltrán Bravo, directora de la Biblioteca Cervantina.
«Me van a crear que nunca he vuelto a leer ninguna de mis novelas porque sé que ya no puedo corregir», respondió Allende a una de las preguntas.
Al micrófono, un asistente le preguntó sobre la comunicación que sostiene con sus seres queridos que han muerto.
«No es vivir pensando en fantasmas, sino vivir recordando y usando ese recuerdo en la vida cotidiana», expresó. «El hecho de que hayan muerto es un inconveniente, pero no es un obstáculo para ese ejercicio de memoria y de amor que es la comunicación».
El Tec de Monterrey, anfitrión del encuentro librero, ha usado esta tecnología de holograma para sus clases en los últimos años, pero es la primera vez que lo hace de manera pública. Para la realización, personal viajó a la casa de la autora para instalar set y equipo necesarios.