Aunque en las últimas semanas el precio internacional de la gasolina ha disminuido, eso no se ha reflejado en las estaciones de servicio para los consumidores mexicanos.
El 16 de junio se alcanzó el precio más alto de gasolina en Estados Unidos con 5 dólares por galón, unos 27.8 pesos por litro.
Para el 10 de octubre, el precio promedio por galón registrado en el país del norte fue de 3.9 dólares o 21.6 pesos por litro, es decir, una disminución del 22.3 por ciento.
En contraste, en el mercado mexicano el precio promedio para el 16 de junio (el día más alto en Estados Unidos) fue de 21.7 pesos por litro, considerando los subsidios y estímulos fiscales aplicados para mantener los precios.
Mientras que para el 10 de octubre, el precio promedio fue de 21.8 pesos por litro, lo que implica un incremento del 0.5 por ciento.
Arturo Carranza, experto del sector energético, explicó que durante los meses en los que se registró el alza en los precios Estados Unidos se mantuvo con el libre mercado -sin subsidios-, por lo que al descender el precio del petróleo a nivel internacional se pudo observar una baja en los precios a los usuarios y regresar a promedios de 3.70 dólares por galón.
En tanto que en el mercado mexicano, con la política de contención de precios y los subsidios otorgados no se ha podido reflejar un menor precio porque la Hacienda Pública está cobrando nuevamente los impuestos correspondientes.
La estrategia de Gobierno federal para hacer frente al incremento en el precio de las gasolinas consistió en una política de subsidios, con la que se eliminó el pago de Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) y se añadió un estímulo fiscal adicional para la deducción del Impuesto al Valor Agregado (IVA) por parte de los importadores.
Con esa medida, el País logró mantener las gasolinas por debajo de los 25 pesos por litro en promedio; mientras que en Estados Unidos -que no aplicó subsidios- la gasolina alcanzó precios cercanos a los 30 pesos, lo que implicó que entre marzo y junio la población cercana a la frontera norte del País cruzara a cargar sus vehículos de lado mexicano, generando a su vez desabasto en algunas estaciones.
Por ejemplo, si en mayo el precio por litro de gasolina subsidiada era de 23 pesos, al aumentar los subsidios que estaban siendo absorbidos por el Gobierno, el precio hubiera alcanzado los 30 pesos.
Para cubrir su demanda nacional, México requiere importar gasolinas desde Estados Unidos, por lo que los precios del vecino del norte impactan en el mercado nacional; tan solo el mes de agosto se importaron 375.8 mil barriles diarios de gasolinas.