Por Yuriria Sierra
Intoxicados
Nadie sabe. Al momento, más de tres días después, nadie sabe qué intoxicó a los jóvenes estudiantes de la Escuela Secundaria Juana de Asbaje, en Bochil, Chiapas. No fue una decena ni dos, fueron más de cien menores, la mitad requirieron ingreso al hospital. Indicios hay, varios, de la posible causa, pero de la cocaína pasamos ahora al agua. Lo cierto es que no es el primer caso, es más, siendo este el tercer episodio similar de intoxicación de estudiantes solo en ese estado, las autoridades ya deberían tener un protocolo claro, no solo de atención, también de información. Y es que durante el fin de semana, poco dijeron a los padres, quienes tuvieron que recurrir a lo que estaba a su alcance para buscar alguna respuesta.
“Queremos justicia para nuestros hijos… se fueron bien a la escuela, no están haciéndose los locos (…) No nos han dicho nada alrededor de todo esto que ha ocurrido. Unos nada más se han acercado al hospital a preguntar, pero de que nos hayan comentado algo cierto, nada…”, me expresó ayer en entrevista Luis Alejandro Centeno, padre de Luis, de 13 años, uno de los menores intoxicados y quien al momento de la conversación seguía hospitalizado. Me precisó que su hijo, quien cursa el segundo año de secundaria, sufrió cuatro convulsiones y continúa hospitalizado: “Él no nos conocía, estaba en delirios… preguntaba quién era él, qué cómo se llamaba. Hasta el día de ayer se empezó a ver un poco de mejoramiento en su salud”.
“Algunos de los médicos sí nos decían de que fue por droga, nada más de verlo decían que era por droga por eso que estaba con esos delirios (…) Nosotros ahorita lo que pedimos es que los lleven a hacer un examen de la cabeza para ver si no van a quedar con secuelas, eso es lo que tememos, que vayan a quedar con un mal en la cabeza”, me agregó en llamada durante la emisión de Imagen Televisión.
Horas más tarde, y luego de las tantas dudas, porque ya se tenía al antecedente de que al menos el examen de un menor, realizado en un laboratorio privado, había dado positivo a cocaína, la línea de investigación señaló al agua que habrían tomado en el receso, en termos y botellas, como el responsable, pues los primeros adolescentes en emitir su declaración, afirmaron que les supo amarga.
¿Frente a qué estamos? Ninguna autoridad ha podido zanjar el tema con certezas. Los padres de los más de cincuenta jóvenes siguen a la espera de alguna que, si lugar a dudas, responda qué fue lo que ocurrió. Hoy saldrán en una manifestación pacífica. Antes de lo ocurrido en la secundaria Juana de Asbaje, en Bochil, se reportaron episodios similares en una telesecundaria en Tapachula, el 26 de septiembre, y del que aún se desconocen las causas, y otro más tres semanas antes, en otro plantel del mismo municipio, aunque en éste último sí se concluyó consumo de sustancias.
Además del suceso per se, lo que sorprende es la falta de respuesta de las autoridades, incapaces para dar confianza siquiera en la forma en que se investigan, en la forma en que comunican o en el seguimiento que dan a casos parecidos. Que no esperen a que sucesos como estos escalen. Por cierto, desde que se conoció este último caso de intoxicación, en redes, el gobernador Rutilio Escandón, ha hecho pico de cera al respecto, ya ni por mera consideración.