Del total de mujeres que ha tenido un trabajo en el País, 27.9 por ciento ha experimentado algún tipo de violencia, según el Inegi.
Esta puede ser:
– Discriminación
– Agresiones sexual
– Agresión psicológica
– Agresión física
Las principales personas agresoras fueron los compañeros de trabajo, seguido de las y los jefes o patrones y en tercer lugar, los supervisores o coordinadores.
«La violencia contra las mujeres en el ámbito laboral refuerza su exclusión del espacio profesional. Esta afecta negativamente sus posibilidades de obtener recursos por cuenta propia y, con ello, limita su capacidad de decisión autónoma.
«Lo anterior no solo atenta contra la igualdad, sino que daña la autoestima, salud, integridad, libertad y seguridad de la víctima e impide su desarrollo«, consideró el Inegi como parte de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH).
Por rangos de salario, el reporte de violencia laboral se concentra en los niveles más altos de ingresos.
El 46.7% de aquellas que perciben más de 5 salarios mínimos reportaron al menos un incidente de violencia laboral a lo largo de su vida.
El 32.3 por ciento declaró que fue en los últimos 12 meses, siendo el grupo que mayor violencia presento en este ámbito.
«Vemos que el mayor tipo de violencia laboral que enfrentan las mujeres es la discriminación y aquí vemos que 18 por ciento lo reportan.
«De los diferentes tipos de discriminación se destacan el que ellas tengan menos oportunidades que un hombre para ascender, seguido de menor pago con el mismo puesto y lo vemos relacionado con la brecha salarial», detalló Fernanda García, coordinadora de Mujer en Economía, del Instituto Mexicano para la Competitividad (Imco).
Añadió que esta brecha salarial es de 14 por ciento, es decir, por cada 100 pesos que gana un hombre, una mujer gana 86 pesos, además de limitar a las mujeres para realizar ciertas funciones porque son consideradas para hombres.
Destacó que a pesar de que existe la Norma 35 para promover entornos favorables dentro de los centros de trabajo, siete de cada 10 mujeres no saben de la existencia de un protocolo para prevenir actos de discriminación o violencia, dentro de su lugar de trabajo.
«Eso reduce el número de mujeres que solicitan el apoyo ante un incidente de violencia laboral», consideró García.
La experta añadió que una de las razones por las cuales las mujeres no denuncian estos actos, es porque lo consideran algo sin importancia y por miedo a las consecuencias o a las amenazas.
«Esto nos da cuenta de que los protocolos no se conocen y las que sí los conocen no lo están reportando…», sostuvo.
Es necesario acompañar los protocolos con otros mecanismos de denuncia, con planes de acción para definir cómo se van a abordar estos actos de violencia y el mercado laboral sea más seguro, dijo la experta del Imco.