Yuriria Sierra
“Ternuritas”
Ernesto Zedillo fue el primer presidente priista en dar paso a la alternancia política en más de 70 años; Calderón hizo lo propio y entregó la llave de Los Pinos de nuevo al PRI, porque así es el juego. Y como personajes de la historia de nuestro país, están sujetos a críticas y a que incluso se les llame a rendir cuentas, porque también esto es parte del juego democrático.
Es una locura. La narrativa oficial mexicana está alcanzando niveles de realismo mágico. La tarde-noche de este lunes, la Fiscalía General de la República informó que decidió no ejercer acción penal contra Pío López Obrador, porque no hubo pruebas suficientes para avalar que cometió un delito electoral y porque el elemento más contundente con el que se hizo la acusación fue un video obtenido de forma “ilegal”. Así que nada que perseguir y asunto terminado.
Horas antes, Andrés Manuel López Obrador se lanzó con todo contra los expresidentes Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, luego de que este fin de semana participaron el Foro Iberoamericano de la Fundación Internacional para la Libertad, un evento encabezado por Mario Vargas Llosa. El primero criticó que en América Latina hay una larga “exposición” de populismo. Sabemos, esos mandatarios que suelen culpar al pasado sin reconocer una sola de sus fallas, todo es responsabilidad de los gobiernos previos. ¿Nos suena? Zedillo resaltó liderazgos autoritarios, algunos con tintes dictatoriales: “Estamos viendo que muchos gobiernos han surgido como los populismos clásicos, prometiendo que el maná caerá del cielo; fórmulas mágicas para resolver nuestros problemas y culpar siempre a los otros…”, sentenció quien dirigió el país entre 1994 y 2000.
Mientras que Felipe Calderón habló sobre lo que entiende como una regresión democrática en México y cómo en nuestro país hoy se ven a los peores políticos en décadas. También hizo un llamado a los partidos y a los actores de la sociedad civil para que no “queden fuera del juego democrático”.
Ideas nada fuera de lugar, ¿o se equivocan? Crítica necesaria, que de esto también va la democracia. Ernesto Zedillo fue el primer presidente priista en dar paso a la alternancia política en más de 70 años; Calderón hizo lo propio y entregó la llave de Los Pinos de nuevo al PRI, porque así es el juego. Y como personajes de la historia de nuestro país, están sujetos a críticas y a que incluso se les llame a rendir cuentas, porque también esto es parte del juego democrático, pero una reacción como la que tuvo López Obrador tras ser cuestionado sobre lo expresado en este foro al otro lado del mundo… Otra vez, ¿qué necesidad? Salió el ADN de gran polarizador.
“Ternuritas, si el señor Zedillo convirtió las deudas privadas, de unos cuantos, en deuda pública con el Fobaproa. ¿Y qué creen? Lo aprobaron, PRI y PAN. Entonces, ¿cómo enojarnos si van ellos a España a acusarnos de que somos populistas? Si ayudar a los pobres es ser populista, que me apunten en la lista, pero, es lamentable el papel de pelele, de títere…”, dijo en Palacio Nacional. Agregó también que es un timbre de orgullo que su labor sea cuestionada por “gente corrupta”.
Horas después, llegó la noticia sobre la FGR y el “hermano incómodo”. ¿Qué es lo que espera Andrés Manuel López Obrador que se diga de él en un futuro?