Un funcionario de alto rango del Gobierno ruso planteó la posibilidad de que Moscú derribe los satélites comerciales occidentales que se usan para ayudar al esfuerzo bélico de Ucrania, mientras Rusia sigue adelante con su campaña de bombardeos contra la infraestructura local.
De concretarse, la amenaza aumentaría inevitablemente el temor a una escalada del conflicto, que dura ya ocho meses, y el riesgo de una confrontación directa entre Rusia y Occidente. No hubo reacción inmediata de Estados Unidos ni de los proveedores de satélites comerciales.
Konstantin Vorontsov, funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, dijo que el uso de satélites occidentales para ayudar al esfuerzo bélico ucraniano era «una tendencia extremadamente peligrosa».
«Las infraestructuras casi civiles pueden ser un objetivo legítimo para un ataque de represalia», declaró ante la Primera Comisión de las Naciones Unidas, añadiendo que el uso de estos satélites por parte de Occidente para apoyar a Ucrania era «provocativo».
«Estamos hablando de la participación de componentes de la infraestructura espacial civil, incluso comercial, por parte de Estados Unidos y sus aliados en conflictos armados», dijo Vorontsov.
No mencionó ninguna empresa de satélites en concreto, aunque Elon Musk dijo a principios de este mes que su empresa de cohetes SpaceX seguiría financiando su servicio de Internet Starlink en Ucrania, citando la necesidad de «buenas acciones».
Rusia tiene una importante capacidad espacial ofensiva, al igual que Estados Unidos y China. En 2021 lanzó un misil antisatélite para destruir uno de sus propios satélites.
En agosto, Moscú acusó a Washington de estar directamente implicado en la guerra después de que Vadym Skibitsky, jefe adjunto de la inteligencia militar ucraniana, dijo al periódico británico Telegraph que Kiev estaba usando el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad (HIMARS) suministrado por Estados Unidos basándose en imágenes de satélite en tiempo real.
Las imágenes satelitales de la zona de conflicto captadas por empresas comerciales de Estados Unidos son estudiadas a diario en Twitter por expertos en inteligencia de código abierto, quienes destacan las coordenadas de las posibles vulnerabilidades militares rusas.
Ataque a la infraestructura ucraniana
Ante la ralentización de la contraofensiva ucraniana en la región meridional de Jersón en los últimos días debido al clima húmedo y a la dificultad del terreno, y sin que haya tampoco cambios drásticos en el este, Kiev ha dicho que Rusia sigue con una campaña de destrucción de infraestructura crítica antes del invierno.
Los funcionarios ucranianos han dicho que la campaña tenía como objetivo quebrar el espíritu de resistencia de la población privándola de servicios básicos como la luz y la calefacción, una estrategia que, según ellos, está condenada al fracaso.
Rusia dice que está atacando la infraestructura como parte de lo que llama su «operación militar especial» para degradar al Ejército ucraniano y eliminar lo que dice que es una amenaza potencial contra su propia seguridad.
Oleksiy Kuleba, gobernador de la región de Kiev, dijo que la zona, incluida la propia capital, enfrenta un déficit del 30 por ciento en su capacidad de generar la energía que necesita tras los ataques rusos de la noche.
«Anoche el enemigo dañó las instalaciones de la infraestructura energética de nuestra región. Varias instalaciones críticas han quedado inutilizadas», dijo Kuleba en un vídeo publicado en la aplicación de mensajería Telegram.
Por otra parte, la administración militar de la región de Kiev dijo que la región debe «prepararse para cortes de energía de emergencia por un período indefinido» debido a los ataques.
El operador de la red ucraniana, Ukrenergo, dijo que la red eléctrica de todo el centro de Ucrania se había visto afectada durante la noche y que era posible que haya más restricciones del suministro de electricidad.