Yuriria Sierra
La declaración de Encinas
-Bajo cualquier óptica y lógica, entendemos, pues, que el informe estaría basado en supuestos… nada confirmado.
“Hay un porcentaje importante, muy importante, que está todo invalidado…”, esta pequeña frase está cimbrando Palacio Nacional, no sólo por lo que implica que un funcionario haya invalidado así su trabajo, también y, sobre todo, porque hablamos de la investigación más importe que este gobierno ha tenido en sus manos. No restamos mérito a otras más, pero ésta en lo particular se ostentó como símbolo desde que estaba la campaña en 2018. La desaparición de los 43 jóvenes normalistas de Ayotzinapa, el terrible acontecimiento que, junto a los escándalos de corrupción, sepultó al sexenio pasado, toma nueva fuerza y, parece, ir en la misma dirección.
El informe de la Comisión para la Verdad y el Acceso a la Justicia, presentado por Alejandro Encinas previo a la conmemoración de los ocho años de la noche negra en Iguala, estuvo basado en mensajes de los que hoy, ha dicho el subsecretario, no lograron acreditar su autenticidad plenamente. Bajo cualquier óptica y lógica, entendemos, pues, que el informe estaría basado en supuestos… nada confirmado.
“La extraordinaria admisión —junto con una revisión de documentos gubernamentales, una grabación inédita hasta el momento y entrevistas con personas involucradas en la indagatoria— indican cómo la prisa del gobierno por entregar respuestas resultó en una serie de tropiezos: una comisión de la verdad que confió en pruebas sin sustento y una investigación penal que privó a la fiscalía de sospechosos clave….”, publicó The New York Times como parte del artículo donde incluye las declaraciones de Encinas.
Y sabíamos que la reacción del Presidente sería la de no sólo respaldar al encargado de la investigación sobre el caso, también se lanzaría contra uno de los medios más importantes del mundo. Para López Obrador, Encinas es un funcionario de primera (y sí, aquí lo hemos escrito), pero también afirmó que NY Times es un medio “famoso, pero poco ético, muy vinculado a grupos de intereses creados tanto económicos, como políticos…”, nada nuevo, pero muy parecido a las descalificaciones expresadas por Donald Trump cuando el mismo diario reveló su falta de pago de impuestos, por mencionar un ejemplo.
El asunto es que, mientras Alejandro Encinas traza la ruta para acreditar la información que dio forma a lo presentado hace unas semanas, el gobierno tiene hoy detenidos y en prisión a mandos militares y a un exprocurador (en estos momentos aún hospitalizado) como resultado de las pesquisas generadas por ese informe, ése basado en conversaciones no comprobadas por completo.
Se les está yendo de las manos el caso. Tal era la necesidad de López Obrador de mostrarse tan distinto al pasado y más eficaz que ellos, que pasó por alto el rigor que debe tener cualquier investigación. Su palabra no basta para zanjar las interrogantes que surgen a partir de entrevistas y trabajos periodísticos. Ése es el problema de dar el visto bueno solo a diarios que publican lo que quiere escuchar. Qué tragedia que jueguen así con un episodio sumamente doloroso para el país, pero más aún para las familias de los jóvenes.