La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) busca conseguir con urgencia para el Tren Maya, casi un millón 200 mil metros cúbicos de balasto, material pétreo que se coloca bajo los rieles y durmientes de las vías férreas.
La escasez de ese material ha provocado importantes retrasos en los primeros tramos de este proyecto estrella de la 4T.
Correos electrónicos hackeados por Guacamaya, revelan la premura con la que el Agrupamiento de Ingenieros Felipe Ángeles, responsable de los Tramos 5 Norte, 6 y 7, ha estado tratando de conseguir proveedores de este tipo de grava.
En mayo pasado, la empresa Santo Domingo Inversiones ofreció al General Gustavo Vallejo, jefe del Agrupamiento, traer a México 1.2 millones de metros cúbicos de balasto proveniente de Cienfuegos, Cuba. El pedido terminaría de entregarse en julio de 2023, con precio de 143 dólares por metro cúbico entregado en los puertos de Progreso o Dos Bocas.
Varias canteras que cotizaron a Sedena operan en Veracruz, pero el material debe recorrer de mil a mil 400 kilómetros para llegar a las zonas de obra, lo que incrementa notablemente el costo.
Cantera Mon-Basa, por ejemplo, cotizó 603 pesos por metro cúbico, pero con el costo de transporte el precio sube hasta 3 mil 500 pesos por metro, mientras que CuarzoTech solo pidió 340 pesos por metro cúbico, pero sin hacerse responsable del transporte desde Córdoba.
EMAIM-Komatsu, en Coatzacoalcos, puede producir 48 mil metros cúbicos mensuales, por lo que tardaría 11 meses para las entregas de los tramos 6 y 7.
El 24 de agosto, Grupo Indi -que construye parte del Tren- cotizó 2 mil 264 millones de pesos, con IVA, para surtir 876 mil metros cúbicos, enviando por mar a Puerto Morelos, Quintana Roo, y entregas entre 3 y 12 meses.
Otros correos hackeados, publicados por REFORMA el 6 de octubre, revelaron que, a finales de agosto, los tramos 1 y 2 solo habían recibido 11 y 25 por ciento del balasto necesario, a dos años de iniciadas las obras.
Preocupa calidad de materiales
La calidad del material y las soluciones que cada consorcio constructor parece estar adoptando por su cuenta, también es motivo de preocupación.
El 9 de agosto, en una reunión de varias dependencias en el Centro SICT de Mérida, se trataron «los problemas que se están dando con el cumplimiento de la calidad de los materiales», en particular el balasto en los tramos 2, 3 y 4.
«La Dirección General de Servicios Técnicos (de la SICT), concluye que los problemas de los materiales del sureste son generales, por lo que hará una evaluación y la solución será la misma para todos los consorcios. El Ing. Manuel Eduardo Gómez Parra, Director General de Desarrollo Ferroviario y Multimodal, dijo que se debe hacer una revisión de proyecto y reiteró que no se van a cambiar normas, especificaciones, ni la calidad requerida», se señala en la minuta de la reunión.
Un funcionario de Fonatur sugirió una «geomalla tridireccional» de la empresa Inarmex, que se usa para estabilizar taludes y terraplenes, luego de que Carso, a cargo del tramo 2, dijo estar usando «una mezcla de 70 por ciento grava y 30 por ciento arena, más estabilizador».
«El Ing. Luis Manuel Pimentel, Director del Centro SCT Yucatán, comentó que por instrucción del Sr. Secretario (Jorge Arganis) se debe dar seguimiento y llegar a una conclusión. Es necesario reforzar, verificar y revisar si la mezcla es una solución» se establece en la minuta.