No le pidan a Lali Espósito que se defina, ella lo quiere hacer todo. Por partes o revuelto.
“Yo soy trabajadora, cualquier cosa que me des para hacer yo te la hago, le busco la vuelta”, dice en entrevista, con resolución, la estrella argentina de 31 años.
“Si estoy todo el tiempo actuando me abrumo, y si estoy todo el tiempo cantando, me abrumo. Aspiro tener las dos cosas”.
Lali Espósito, actriz y cantante
Es, subraya, actriz y cantante, o cantante y actriz, a veces una ocupación adelante de la otra. No se concibe de otra manera y no querría decantarse por algo en específico.
“Soy todo. Es un poco bizarro, porque empecé muy pequeñita haciendo cosas (series argentinas como Rincón de Luz y Floricienta) que eran un 360, donde tenías que actuar, pero a la vez cantar y bailar.
“Para mí es muy natural mezclar la música con la actuación, nunca pude elegir una cosa u otra. Tengo mis momentos donde me trabajo un disco, lo saco, hago shows, estoy a full para eso, y de pronto aparecen oportunidades actorales”, agrega.
Sin embargo, el de ahora, para la intérprete de “Sin Querer Queriendo” y “Caliente”, es un momento raro. Como malabarista, debe sostener varias bolas a la vez.
Está enfrascada en la gira de su más reciente disco, Libra. Y este viernes estrena, en Prime Video, El Fin del Amor, comedia romántica que protagoniza y produce.
Se trata de la adaptación del libro homónimo de ensayos (con el subtítulo “Amar y Coger en el Siglo XXI”) de Tamara Tenenbaum. Un best seller regional.
En sus páginas, la filósofa medita sobre salir de los encorsetamientos y expectativas afectivas y sexuales de las mujeres. Sobre el fin de los paradigmas en cuanto a pareja y amor.
“Es hiperoriginal la serie que hemos hecho en Argentina. Superfeminista, con una mirada de un Buenos Aires que no se ha mostrado. Creo que va a gustar mucho”, promete.
Lali encarna a Tamara, personaje basado en la vida de la autora. Una mujer que pertenece al barrio judío ortodoxo, cuyo padre muere en el atentado terrorista a la AMIA (Asociación Mutualista Israelita Argentina) en el 94.
“Muere el papá de Tamara y ella decide irse de la religión y encarar otra vida. Con lo que eso cuesta a alguien de la comunidad ortodoxa. Se llama El Fin del Amor porque empieza a hablar sobre el amor romántico, casarse, tener hijos, esta imposición social para las mujeres.
“Ella se vuelve loca con todo lo que le sucede en su nueva vida, con todas las ofertas que hay a nivel sexoafectivo, drogas, todo. Es el camino de una chica de 30 años con sus amigas”, describe Lali.
Quiere con mexicanos
Libra, su más reciente disco, data de 2020. En el entretanto, Lali, quien juega con la elasticidad del pop latino, ha lanzado EP’s conceptuales, pues no comulga con la idea de los sencillos.
“Se le pone mucha presión a una canción, y yo me considero una cantante conceptual. Cuando saco una pieza, no me da igual, no le doy vida solo a esa pieza, hay un concepto, una idea, un enganche entre una canción y otra. Cuento más quién soy musicalmente así”.
A los artistas mexicanos los tiene en la mira para hacer duetos. Siente afinidad con Danna Paola, cuya energía y propuesta admira.
“Esperamos que se concrete algo con ella. Pero soy ecléctica. Mi sueño sería hacer algo con Molotov. Imagínate. Me gusta mucho la variedad musical, el rock me interpela”.