Por Antonio Zamora
Hoy es domingo de reflexión por lo que será mañana en que les contemos sobre la respuesta a pregunta expresa al líder estatal de la CNOP…
Así que empezamos con que hay que dejarle a tu hijo alguna raíz con nudo, y alguna ala sin amarre…
No lo presiones hasta el punto de que el vaso se rebose y quede vació…
Deja que se evaporen las locuras de ayer, y mételo en la esperanza tentadora del mañana…
Sé más estrella que cerrazón de noche…
Dale una cercanía que no lo limite, y una supervisión que no lo acorrale…
Dale luz de tu pensamiento, más que la ira de tu enojo…
Dale la serenidad de tu alma, más que la inquietud de tus dudas y temores…
Dale soluciones, más que recriminaciones…
Dale un espacio y un perdón, no una jaula de castigo donde sus alas solo den aletazos de rencor…
Dale fe en sí mismo, para que sólo, pueda mover sus sentimientos…
No le exijas sobresalir…
No lo compares con nadie…
No achiques la estima de si mismo aunque falle, ni lo supervalores porque acierte…
La madre no perdona como el mundo…
Ella absuelve…
No renuncia a la venganza, sino acepta la página en blanco para empezar de nuevo…
Dele explicaciones a sus desasosiegos…
Generosidad a su egoísmo…
Protección a su vida…
Y nunca lo separes de tu corazón…
Todo el que vive a tu lado te da algo de sí mismo, y a la vez recibe ese reflejo tuyo que irradia lo que eres…
Por eso, todo lo que te gustaría ver en él, dáselo con tu solidez…
Con tu alma…
Con tu amor…
Con el ejemplo de tu vida…
Déjale tu reposo a su intolerancia, tu calmada reflexión al atolondramiento de sus años, y razones bien fundamentadas como un detonador de justicia…
No discutas por todo, dándole al hogar un sabor de amargura…
Mejor dale un beso y llénalo de luz…
Alguna vez pregúntale: ¿Tuvo material mi vida para enseñarte todo lo que quisiera que fueras?
La madre es la mejor carpintera del edificio de su hijo, la que sabe como ensamblar todos los elementos para hacerlo resistente…
La que sabe donde apretar las tuercas y donde abrir los espacios para que entre el Sol…
Una Señora muy distinguida estaba en un avión volviendo de Suiza…
Viendo que estaba sentada al lado de un cura simpático, pregunto:
Discúlpeme padre, le puedo pedir un favor? Claro hija mía, que puedo hacer por ti?
Es que compre un nuevo secador de cabello sofisticado, muy caro. y realmente pase los límites de la declaración y estoy preocupada con la Aduana…
Será que el Señor podría llevarlo debajo de su sotana?
Claro que puedo, hija mía, pero debe saber que yo no puedo mentir!
El Señor tiene un rostro tan honesto, Padre, que estoy segura que ellos no harán ninguna pregunta. Y le dio el secador…
El avión llegó a su destino…
Cuando el padre se presento en la Aduana , le preguntaron:
-Padre, tiene algo que declarar? El padre prontamente respondió: Desde mi cabeza hasta la faja de la cintura no tengo nada nada que declarar, hijo mío…
Encontrando esta respuesta extraña el oficial de aduana preguntó: Y de la cintura para abajo, el señor que tiene?
Tengo un equipo maravilloso destinado al uso doméstico en especial para las mujeres, pero nunca fue usado…
Cayendo en una risotada el oficial exclamó: – Puede pasar Padre. El próximoooo…..
No cabe duda de que la inteligencia hace la diferencia:
No es necesario mentir, basta con elegir las palabras correctas…..
NOS LEEMOS MAÑANA…..