CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 5 (EL UNIVERSAL).- El paisaje urbano de Ciudad de México puede presumir una invaluable colección de joyas arquitectónicas que abarcan desde la época prehispánica hasta nuestro presente. Es verdad que, durante la época colonial, la mayoría de los templos mexicas fueron “reemplazados” por edificaciones construidas por los españoles, como señal de dominio.
Pasaron los años y la ciudad también dio espacio a otras expresiones en la arquitectura que pueden convivir con aquella gran herencia de la época virreinal.
A finales del siglo XIX y principios del XX, llegó a México la influencia poderosa de las modas francesas, un gusto muy personal de quien fuera presidente del país en ese entonces: Porfirio Díaz. Aquel militar y político oaxaqueño impulsó parte de la modernización y esa estética de importación, la cual puede admirarse en casonas y edificios monumentales de varias zonas de la Ciudad de México, especialmente, del Centro Histórico, como el Palacio de Bellas Artes o el actual Museo Nacional de Arte.
Influencia francesa
El Porfiriato es un periodo de casi 35 años: de 1876 a 1911. Durante ese lapso de mandato del general Díaz llegó la inversión extranjera. También se buscó cierto avance y modernidad en la infraestructura y la creación de nuevas instituciones que demandaron edificios nuevos. Francia, en aquellos años, vivía tiempos de bonanza cultural, siendo la fuente de la que muchas sociedades se inspiraron.
Díaz estaba influenciado por el gran momento de Francia, y eso tuvo una gran repercusión en toda su administración. Colonias entrañables como Santa María la Ribera, la San Rafael, Juárez y la Roma fueron revestidas de estilos europeos que significaban estatus y la prosperidad económica de la burguesía mexicana.
Lugares imperdibles
No se puede pensar en la “Ciudad de los Palacios” sin tener como referencia estos imponentes edificios. Con más de 100 años en pie, ahora son considerados atractivos turísticos. Y, para disfrutar de su belleza y conocer sus secretos, te proponemos un recorrido por tres edificios y dos monumentos emblemáticos.
Monumento a la revolución
La construcción comenzó en 1910 y fue terminada en 1938. Pensada como el Palacio Legislativo, solo pudo construirse la estructura central. Finalmente se concibió como un mausoleo donde descansan personajes importantes de la Revolución: Venustiano Carranza, Francisco I. Madero, Plutarco Elías Calles, Lázaro Cárdenas y Francisco Villa. Es sede del Museo Nacional de la Revolución. Ofrece un interesante recorrido por los cimientos y el interior laberíntico de sus columnas. Visita también la linternilla y su mirador.
Ángel de la Independencia
Inspirado en las columnas honorarias romanas, el monumento fue inaugurado en 1910 para rendir homenaje a los Héroes de la Patria en el primer centenario de la Independencia. En este mausoleo se depositaron los restos de 14 personajes, entre ellos: Miguel Hidalgo, José María Morelos, Ignacio Allende y Vicente Guerrero. La escultura de bronce, bañada en oro de 24 quilates, no es un ángel, sino la diosa alada de la Victoria, Niké. Es obra del arquitecto Antonio Rivas Mercado. Por el momento no se puede subir al mirador. En Paseo de la Reforma.
Palacio De Bellas Artes
El art nouveau y art déco imperan en su fachada de mármol blanco de Carrara, mientras que, en su sala principal, sus casi mil 800 espectadores quedan atónitos ante el gran telón antifuego de cristal (único en el mundo) de 12.5 metros de altura; en esta gran obra del Dr. Atl y realizada por la Casa Tiffany de Nueva York, se plasmaron el Izta y el Popo. Es sede de compañías de danza, ópera y ballet; además, tiene dos museos: el del Palacio de Bellas Artes y el de Arquitectura. Está en Avenida Juárez, entre la Alameda Central y Eje Central.
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Palacio Postal
Esta belleza desbordada en ornamentos, tanto en su interior como en su exterior, es de arquitectura ecléctica es decir, reúne varios estilos: el veneciano, el art nouveau, el gótico pero, principalmente, el plateresco. Los arquitectos Gonzalo Garita y Adamo Boari fueron los responsables de levantar la nueva sede del servicio postal mexicano, entre 1902 y 1907. Aloja el Museo Postal y Filatélico y una biblioteca. Ofrece recorridos guiados con previa cita.
Está en Calle Tacuba 1, en el Centro Histórico.
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Tel. 55 5510 2999 y 55 5530 4100.
El Munal
Construido entre 1904 y 1911 por el italiano Silvio Contri, este imponente edificio —que mezcla los estilos renacentista y neoclásico— fue sede de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas. En 1982 se transformó en el Museo Nacional de Arte. Impresiona su fachada de cantera gris, sus enormes ventanales y su escalinata principal de mármol blanco y herrería de bronce y hierro. El museo conserva más de seis mil obras de arte mexicano (pintura, escultura, grabado, arte plumario, fotografía manuscritos…). Hay cursos en historia del arte, ciclos de cine, conferencias, conciertos y talleres para niños. Lo encuentras en la calle de Tacuba, en la Plaza Manuel Tolsá, Centro Histórico, frente al Palacio de Minería.
38 pesos entrada general.
munal.mx/es/actividades.