Más de mil 200 apasionados del vino se reunieron el pasado fin de semana en Espacio R, durante la quinta edición de Zona Vino. El luminoso patio central al interior del diario REFORMA hizo eco a descorches, brindis y conversaciones en torno al fermentado de uva.
Bodegas, importadores, distribuidores, pequeños productores de conservas, salsas, botanas de amaranto, tés, confitería, chocolates dieron forma a la edición otoñal del evento vinícola, que tiene por objetivo ofrecer un amplio catálogo a buen precio en preparación paras las fiestas decembrinas.
“Me encanta este evento, sobre todo porque tiene una ubicación fenomenal, esta es una zona de muchos sibaritas, aficionados al vino y la buena comida, es un gran foro para los expositores”, detalla Ronnie Hulshof, sommelier corporativo de Everest Wines & Spirits, importadora que se hizo presente con etiquetas riojanas de Ramón Bilbao, italianas de Santa Margherita y mendocinas de Elsa Bianchi.
En la oferta de etiquetas hubo representación de la mayoría de las regiones vinícolas mexicanas.
Decenas de asistentes llenaron, de forma ininterrumpida las catas realizadas en el Salón Glassia. El programa invitaba a descubrir regiones como Rioja,Valle de Guadalupe y Peña de Bernal, o proyectos boutique de renombrados enólogos mexicanos como el de Laura Zamora.
Para las degustaciones, los asistentes fueron provistos con copas hechas por manos mexicanas.
“Estamos ubicados en Pachuca, trabajamos 100 toneladas de vidrio al día. Nuestros mercados principales son food service y retail, pero para nosotros este evento representa una puerta de entrada a lo que viene.
“El próximo año tendremos líneas de copas muy interesantes para todas las cavas, reconocemos que México es un mercado con gran crecimiento, donde se producen alrededor de 15 millones de botellas al año. Tenemos copas y cristalería para todas las necesidades, tanto para uso doméstico como para cata profesional”, detalla Francesco Olanccini, socio de la firma Glassia.
Un encuentro delicioso
Los amantes del vino también tuvieron oportunidad de conocer nuevas uvas y mirar de cerca regiones que brincan las fronteras de tiendas especializadas.
“La uva Mavrud, autóctona de Bulgaria, voló. Pienso que causó mucho interés por hacer un vino diferente a los perfiles que más se comercializan, también los vinos de Hungría estuvieron muy solicitados”, detalla la sommelier Claudia Marmolejo, de Global Wine.
Armando Soto, aficionado al vino, quien ha estado presente en varias ediciones de Zona Vino, comentó que el domingo es mejor día para asistir, pues la menor afluencia de gente permite degustar, conocer y platicar un poco más con los expertos.
El suscriptor aprovechó las ofertas de la bodega Altotinto para surtirse con tintos de alta gama, compró vino rosado por caja y un par de botellas riojanas. “Lo único que no encontré, fue champaña, haría falta para los brindis navideños”, dijo.
En la trinchera gourmet, donde la gente hizo parada sobre todo a la hora de la comida, hubo tablas de queso y charcutería, pizzas veganas, tapas, paella y helados para disfrutar in situ.
El tan esperado reencuentro entre sibaritas y bodegas se tradujo en enófilos felices, chocar de copas y carritos llenos de descorches por compartir y regalar esta temporada.