CUATRO CIÉNEGAS, COAHUILA.- Es Coahuila, cuna de hombres que han sabido despreciar la vida cuando se trató de la patria, personajes que grabaron con letras doradas sus nombres en la parte más gloriosa de nuestro país, tal es el caso de Alberto Salinas Carranza, el eterno caballero del aire.
Nació en Cuatro Ciénegas, Coahuila, el 15 de noviembre de 1892.
Hijo de José María Salinas Balmaceda y de doña María Carranza de la Garza, quien fuera hermana de don Venustiano. Tuvo dos hermanos: Leopoldo (fallecido en combate) y Oralia Salinas Carranza (distinguida diplomática de idiomas y primer Directora del museo Venustiano Carranza).
Estudió el curso de Piloto de Aeroplanos, en la Moisant Aviation School, de Garden City, Nueva York, junto a su primo Gustavo Adolfo Salinas Camiña (primer bombardeo aeronaval en el mundo y ex Comandante de la Fuerza Aérea), Horacio Ruíz Gaviño y los hermanos Aldasoro Suárez, siendo los pioneros en la aviación nacional. El 25 de septiembre de 1912, recibe el título de Piloto de Aeroplanos No. 170 por la Federation Aeronautique Internationale, convirtiéndose en el primer aviador certificado en nuestro país.
Participó en la Revolución Mexicana y se destacó en múltiples acciones de combate.
Fue fundador y primer comandante de la actual Fuerza Aérea Mexicana, puesto que el 5 febrero de 1915, el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, don Venustiano Carranza, emite el decreto que lo designa como Jefe del Arma de Aviación Militar. Dicho documento decía:
«Líbrense las órdenes necesarias a efecto de que desde esta fecha, sea creada el Arma de Aviación Militar, dentro del Ejército Constitucionalista, designándose Jefe de dicha Arma, al C. Mayor de Estado Mayor de la Primer Jefatura, Alberto Salinas Carranza, quien al mismo tiempo, deja de pertenecer al Arma de Caballería, para causar alta en el escalafón del Ejército Constitucionalista, como Piloto Aviador Militar…»
Firma: Venustiano Carranza, Primer Jefe del Ejército Constitucionalista.
Preparó a los primeros Pilotos Aviadores Mexicanos y logró establecer una industria creciente en las ramas del Ejército y de la aviación militar, poniendo a México a la vanguardia en estos rubros a nivel internacional.
Construyó el primer tanque de guerra del Continente Americano, organizó el correo aéreo en nuestro país y diseñó el primer escudo de la aviación militar mexicana.
Durante su trayectoria, ocupó diferentes cargos y comisiones, sobresaliendo los siguientes:
Comandante de la Fuerza Aérea Mexicana, en dos periodos (en igual número, dirigió la aviación civil mexicana). Director de la Escuela y Talleres de Aviación dependiente de la Secretaría de Guerra y Marina. Director de la Fábrica de Cartuchos.
Comisionado en Francia e Italia para visitar los establecimientos industriales militares.
Jefe de los Establecimientos Fabriles y Aprovisionamientos Militares, antecedente de la industria militar.
Fue Senador por el Estado de Coahuila en la XXXVIII Legislatura en el Congreso de la Unión.
Jefe del Departamento de Aeronáutica Civil, dependiente de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas.
Agregado Militar de México en Washington, Francia y Yugoslavia.
Escribió el libro La Expedición Punitiva, donde narra impresionantes vivencias; varias de ellas, de gran trascendencia en nuestra historia.
Gracias a su brillante carrera militar, obtuvo los siguientes méritos y condecoraciones:
Condecoración de Perseverancia de 5/a. A 1/a. Clase; de 1/a. al Mérito Aeronáutico por su labor desarrollada como Jefe del Departamento de Aviación, al crearse esta Arma en el año de 1915, así como por el impulso a la Construcción de aeroplanos y motores “Aztatl.”
Condecoración como Veterano de la Revolución.
Condecoraciones de otros Países: “del Mérito” de los E.U.A.; de “Caballero de la Legión de Honor” de Francia; “Del Sol” de Perú.
Finalmente, fallece el 31 de octubre de 1970 y sus restos descansan en el panteón Francés de la Piedad, en la Ciudad de México, donde año con año, la Fuerza Aérea Mexicana, rinde un solemne homenaje en su memoria.